Hoy es un día feliz para la gente de izquierdas, para quienes confiamos en la esperanza de un cambio progresista que estabilice este país y le haga avanzar en derechos humanos, igualdad y justicia social. Y hoy es un día simbólico, porque hoy en el Congreso ha ocurrido algo más que una investidura, hoy en el Congreso se han mostrado claramente los límites de la decencia y la ética frente a la mezquindad.
Hoy acudió al Congreso una diputada de En comú podem, Aina Vidal, que, como ella misma ha expresado, padece un cáncer agresivo que le impidió asistir a la primera y fallida sesión de investidura; hoy, haciendo un esfuerzo importante, Aina estaba allí para sumar el voto 167, para unir a las izquierdas ante quienes defienden sus propios intereses frente a los de la mayoría. Pablo Iglesias, al subir a la tribuna, agradeció su presencia y la Cámara rompió en un aplauso poniéndose en pie para arropar a Aina, pero no todos. La bancada de VOX ni se movió ni aplaudió, en el PP sí lo hicieron (al parecer no todos/as) aunque no se pusieran en pie; por lo demás, todas las fuerzas políticas de distinto signo se unieron en ese aplauso. Hay temas que trascienden lo partidista y que deben unirnos, por una cuestión básica de humanidad y respeto: la enfermedad, el dolor, no conoce de ideologías políticas salvo para unos seres despreciables y mezquinos que, lamentablemente, se sientan en el Congreso que representa al pueblo. A mí no me representan y, afortunadamente, a la mayoría de este país tampoco. Han logrado convencer a su electorado a base de odios y mentiras, pero hoy he recordado esa bíblica frase “por su hechos les conoceréis”. Pues sí, se han retratado.
Aina es un símbolo de todo lo que no soporta VOX: es mujer, joven, de izquierdas, ecofeminista, sindicalista, catalana,… por eso no han aplaudido, porque en VOX priman sus intereses partidistas frente a la humanidad. Aina hoy se ha convertido en el símbolo de la resistencia, del coraje frente a la mezquindad. Aina representa el modelo de país que yo quiero, diverso, sostenible, igualitario, bientratante, que se emociona con los pequeños gestos, que está cuando hay que estar, que es solidario y respetuoso,… un modelo de país que tiene que garantizar derechos para quienes están en situaciones más vulnerables, que tiene que poner los pilares del Estado de Bienestar (la sanidad, la educación, los servicios sociales, la vivienda, el empleo digno y la protección social y pensiones) en el centro de las prioridades políticas, un país gobernado por valores que sienten las bases para pasar de la mal llamada cultura de la violación a la cultura del buentrato, un país que erradique de una vez por todas las violencias machistas, cualquier tipo de violencias; un país afectivo, que cuide más a las personas que a las cosas (léase rescate de carreteras o bancos), un país, en definitiva, más humano.
Hoy no solo ha llorado Pablo Iglesias en la investidura, hoy hemos llorado muchxs de orgullo, de sabernos representadas/os por mujeres como Aina Vidal Sáez. Gracias, moltes gràcies!