Volvemos tras las vacaciones de verano con renovadas energías para seguir reflexionado sobre la realidad social. Esta semana, el Consejero de Educación del Gobierno de Canarias dijo en sede parlamentaria que “no se recuerda un inicio de curso tan tranquilo, tan fluido y en el que todo fuese a mejor”… está claro que según en la posición de poder y privilegio en la que te sitúes el mundo se ve diferente. Yo no recuerdo un septiembre tan intenso en los casi 28 años que llevo en el sistema educativo, el personal laboral convocando huelgas y movilizaciones, todavía quedan peques sin empezar a clase porque no tienen transporte escolar, la formación profesional en pie de guerra ante los recortes,… En fin, puntos de vista.
Y seguimos con distintas visiones de la realidad… También esta semana he visto un vídeo que me ha dejado impactada: familias judías (incluso en compañía de niños y niñas) se van de crucero para observar y celebrar en directo los bombardeos que masacran al pueblo palestino. Desde el barco ven los ataques a distancia, desde la franja de Gaza los sufren en directo con la incesante pérdida de vidas humanas (más de 41.000 personas asesinadas por el gobierno genocida de Israel, con un impacto brutal sobre población civil, infancia y adolescencia). Los y las cruceristas de la muerte lo celebran. Nunca entenderé cuándo y cómo perdimos la empatía, por qué odiamos tanto a quienes consideramos diferentes, enemigos,…
Y siguiendo con la semanita intensa, inicié la docencia en la universidad. Una de mis asignaturas, Trabajo Social y habilidades para las relaciones interpersonales, va de comunicación, habilidades sociales y entrevista social. En la primera clase, hablando de la importancia de despojarse de ideas preconcebidas, creencias, estereotipos, prejuicios,… en la comunicación interpersonal vimos unos vídeos sobre racismo-clasismo y tuvimos un debate muy interesante. Al día siguiente, un papá al que le habían denegado una beca para su hijo, me dijo, literalmente, que no pensaba arreglar más papeles porque todas las ayudas se las daban a los «putos moros» (sic); le dije que eso no era cierto e intenté argumentar pero me dijo que no quería seguir hablando y prácticamente me colgó el teléfono. Es terrible cómo están calando los bulos y la desinformación, especialmente entre familias vulnerables. La ultraderecha tiene un caldo de cultivo perfecto entre la gente con más dificultades; las personas pobres luchando entre ellas mientras los ricos se aprovechan…. Bueno, también las fake news llegan a otro tipo de perfiles, este verano una profesora de secundaria (en activo), compartió un vídeo racista en un grupo de WhatsApp en el que me encuentro; tras desmontarle el bulo, no llegó ni una disculpa…
Y finalmente, pero no por ello menos importante, se ha estrenado en cines “Soy Nevenka”, una película de Icíar Bollaín sobre el acoso sexual que sufrió Nevenka Fernández por parte de Ismael Álvarez, un alcalde del PP, en su Ponferrada natal. Fue el primer político condenado en España (2002) por acoso sexual; a Nevenka le costó exiliarse de su país. Cuando dos décadas después, vuelven a emitir las imágenes de aquellas manifestaciones masivas de apoyo a un acosador me pregunto qué sentirán esas personas hoy en día, ¿se mantendrán obcecadas en su apoyo a un tipo condenado en sentencia firme? ¿Habrán cambiado su punto de vista y se avergonzarán de haberse situado junto al agresor y no junto a la víctima?
Y no sólo recordamos la violencia sexual sufrida por Nevenka, este mes ha estallado en Canarias un nuevo escándalo de prostitución de menores y pornografía con 14 detenidos y 200 pedófilos identificados. Entre los detenidos un conocido psicólogo que llegó a ser decano del Colegio Oficial de Psicología, integrante de Podemos y “aliado profeminista”, formado en nuevas masculinidades, género,… El silencio sobre el caso ha sido atronador y todavía las identidades de los otro 13 detenidos están ocultas. Pero no es el único caso, todavía está en proceso de investigación el conocido como “18 lovas” (para más información pinchar aquí y aquí). También escasos posicionamientos en una trama en la que está implicado uno de los empresarios más conocidos (y con poder, cómo no) de Canarias. ¿Qué prima más la presunción de inocencia o el apoyo inquebrantable y público a las víctimas (yo diría que no es incompatible)? (Apoyo que ha brillado por su ausencia en casos como estos).
Por todo ello, realmente no es cuestión de puntos de vista, es cuestión de privilegios y opresiones, es cuestión de situarse en el lado correcto de la historia, del lado de las víctimas y no del de los verdugos. Espero que la actualmente inútil “comunidad internacional” se avergüence en un futuro de su tolerancia ante genocidios transmitidos en directo; espero que los hombres que se rasgan las vestiduras y entonan el “not all men” sean capaces algún día de reconocer que, más allá de sus fratrías, existen cientos, miles, millones de mujeres, niñas y adolescentes dañadas por sus congéneres y que no fueron capaces de abrir la boca para rechazar a los violentos.
No, no todo va bien. Espero que a lo largo del curso vaya mejor… aunque no soy muy optimista.