Uno de los planteamientos de determinados sectores del movimiento feminista es que mientras las mujeres víctimas de violencia de género y sus hijos/as no dispongan de los recursos suficientes para su atención y superación de las secuelas producidas por esta violencia, no se deben invertir recursos públicos en programas para maltratadores, máxime cuando dichos programas distan mucho de ser plenamente eficaces.Y yo cada vez más comparto esta idea. No quiero decir que los maltratadores no deban disponer de recursos pero como estos son escasos (que ya nos lo enseñaban a las/os Trabajadoras/es Sociales en la Universidad desde hace muchos, muchos años) hay que establecer prioridades, y si tenemos que priorizar es urgente la atención a las mujeres víctimas de violencia (se ha avanzado mucho en esta materia) y a sus hijos e hijas (es el reto pendiente). Mientras no existan suficientes recursos para que, tanto las mujeres como los y las menores, puedan garantizar su seguridad, recuperarse de las secuelas producidas por la violencia de género y poder construir un futuro igualitario, libre y en paz, no se deberían desviar fondos públicos a programas de intervención con agresores (que no tengan una eficacia probada, con evaluaciones sistemáticas a largo plazo)… De todas formas, los fondos para este último aspecto siempre pueden salir de Instituciones Penitenciarias… Es una opción.
Totalmente de acuerdo.
Siempre he manifestado la impotencia que me produce escuchar como se gastan dineros de fondos que tendrían que dedicarse a las víctimas y no a los verdugos.
Acabo de conocer esta página y me animé a dejar este comentario.
Estoy totalmente en desacuerdo con el hecho de que se dediquen más recursos a los maltratadores que a los maltratados.
No obstante, opino que el groso de los recursos deberían destinarse a la educación, pues a mi modo de ver, es el gran problema: una educación sexista y patriarcal que hace que nuestros pequeños asuman de manera normalizada el rol de la mamá subordinada al papá.
Saludos,
Patri
Gracias por tu comentario Patri, estoy totalmente de acuerdo contigo, la prevención es la gran asignatura pendiente y para eso la inversión en políticas educativas que aborden este tema es fundamental. Un saludo