Últimamente tengo la sensación de que las reivindicaciones en diferentes campos se están diluyendo, mercantilizando,… Hoy se conmemora el día del Orgullo LGBTI que nos recuerda que todavía queda mucho por avanzar en la plena igualdad, aceptación y respeto ante la diversidad de orientaciones sexuales e identidades de género. Madrid se ha convertido este año en la capital mundial del Orgullo mientras una corriente crítica organiza un Orgullo alternativo que intenta alejarse del «gaypitalismo»; creo que establecer alianzas con empresas que verdaderamente apoyen la diversidad y sean coherentes con su política empresarial respecto a las personas LGBTI puede ser fantástico, pero que una multinacional coloque la bandera arcoiris porque es el World Pride al tiempo que rechaza que dos lesbianas o dos gays se besen en sus locales… resulta cuando menos surrealista. Pero ahí están, incorporándose a la «moda», da dinero y qué más da, que lxs empresarios sean lgtbfóbicos, no importa, todo vale en la economía de mercado. Me parecerían hasta bien ciertas alianzas si no perdemos los objetivos finales y no difuminamos nuestras reivindicaciones en lo aparente, ojalá el feminismo se pusiera de tan «moda»… pero los crímenes machistas no venden, las empresas que se quieren distinguir por la igualdad son una minoría y el compromiso social visible de tolerancia cero contra el sexismo y la misoginia sigue siendo muy escaso.
Igual tenemos que plantearnos un fempitalismo… o abolir el sistema capitalista y neoliberal… es otra opción.
En fin, esta es una reflexión apresurada por este día tan especial. No podía acabar de otra manera que con el discurso de Sylvia Rivera, activista trans que en 1973 se desgañitaba reivindicando derechos frente a los abucheos del propio colectivo… qué necesarias son las alianzas entre lxs oprimidxs y no con el opresor!!! (Gracias Érika Trejo por descubrírmela)