Con Noruega…

Entre mis rutinas habituales está la revisión de la prensa matutina, y esta mañana no ha podido ser más desoladora. La sinrazón violenta que ha ocurrido en Noruega nos debe llevar a una profunda reflexión. 92 personas asesinadas (por ahora), 85 de ellas jóvenes progresistas, que «debían morir» porque un fanático «ultraderechista e islamófobo» lo consideró así. ¿Qué lleva a un joven de 32 años a perpetrar semejante barbarie? Las conductas de las personas están motivadas por pensamientos y emociones, yo siempre insisto en mi trabajo en la necesidad de trabajar la competencia social de niños/as y adolescentes, es el «pienso, siento y actúo», pero si lo que pensamos o sentimos está lleno de odio, alimentado por discursos xenófobos, separatistas, misóginos, homófobos,… ¿cómo puede llegar a actuar quien recibe según qué tipo de mensajes?

Si recibimos buenos tratos, tenderemos a proporcionar buenos tratos; si recibimos odio y racismo, tenderemos a reproducirlo. Puede que parezca una explicación simplista, pero esa es básicamente la esencia, sobre eso sumamos condicionamientos sociales y culturales, pero nuestras creencias se alimentan de lo que los mensajes que se producen a nuestro alrededor nos transmiten. Tal vez, determinados responsables políticos que alimentan con sus discursos la xenofobia y el odio a «lo diferente» deberían plantearse qué parte de responsabilidad tienen en las 92 vidas que acaban de ser truncadas. Porque aunque una persona apretó el gatillo, en su Modern Warfare particular, otros espolearon que la matanza de Utoya se consumara.

No es casual que quisiera matar a jóvenes socialdemócratas, ya se sabe que la derecha, si no convece, vence, de una manera u otra (la historia lo demuestra); ojalá que hechos como este no se vuelvan a repetir, aunque el caldo de cultivo está sembrado.

También es simbólico que la matanza se haya producido en un país paradigma del Estado de Bienestar e importante productor de novela negra. Las peores tramas de misterio y asesinato se han hecho esta vez realidad. Quizás alguien también le tenía que haber dicho al tal Anders que una cosa es leer e imaginar matanzas sangrientas y otra protagonizarlas.

Bienvenida dimisión

El culebrón «Casimiro» ha continuado con la dimisión presentada como senador (no como Presidente del Cabildo de La Gomera, cargo al que todavía se «apatagarra» pese a las exigencias de la cúpula socialista de Madrid). Bueno, de momento parece que nos tendremos que quedar con una dimisión, hecho que debería servir de ejemplo en otros partidos, en los que no sólo no dimite ni dios, sino que garantizan la inmunidad de sus imputados convirtiéndoles en senadores (veáse caso Zerolo). ¡Qué asco de política!

Eso sí, todo el mundo anda más preocupado por no mover silla en el PSOE gomero, por el impacto mediático de que un senador haya agredido a «la autoridad» (en un sistema patriarcal ya se sabe que esto es muy importante), por el «puritanismo» desatado porque un senador eche «una canita al aire»,…  pero nadie (o casi nadie, salvo Luján) se preocupa mediáticamente de la humillación a las mujeres prostituidas en el «Gola chicas». Ya se sabe, humillar a una puta va en el lote del alterne machista y misógino, todo el mundo sabe que «mearse en las putas» va «incluido en el servicio» y que para eso están las putas, para hacer con ellas lo que queramos porque total, no son seres humanos, son mercancía que pagamos al mejor postor.

En un partido que está batallando por la eliminación de los anuncios de prostitución de los medios de comunicación, que lucha contra la trata de mujeres, que promueve la prevención y erradicación de la violencia de género y apuesta por la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres no tienen cabida actitudes y comportamientos como los descritos. Si los Curbelos del mundo que habitan el PSOE tuvieran un poco de decencia ya estarían afiliándose a otro partido, porque, desgraciadamente, no me creo que el caso de Curbelo sea el único. El problema es que la gente debería tener un poquito de ética y coherencia con los valores que su formación política dice defender. Que para partidos incoherentes en los que nadie dimite ya tenemos a la derecha.

Casimiro el monstruito

En la década de los 80, los niños y niñas se iban a la cama con un monstruito muy simpático llamado Casimiro que nos cantaba una rockera canción de cuna para que las tiernas criaturitas se fueran a dormir. Hoy, tenemos otro Casimiro que asusta a las «niñas» antes de ir a la cama, pero esta vez es senador y presidente del Cabildo de La Gomera. En estos días, la prensa nos informaba que un senador, del PSOE para más señas, había montado un buen follón en el centro de Madrid por resistencia a la autoridad y daños materiales en un conocido local de alterne de la capital. Por si no tuviera poco con «alternar» en sus «bunga-bunga» privados, el senador fascista, huy perdón, quería decir socialista, tiene la desfachatez de ir por la vida de «macho-alfa», iniciando a uno de sus retoños en esos ritos tan maravillosamente patriarcales de insultar, agredir e irse «de putas». Y claro, el problema no es sólo que vaya por la vida de «macho-alfa» (que ya es bastante grave al pertenecer a un partido cuyo ideario está en contra de este tipo de cosas y promueve la igualdad y tal), el problema es que va «dando ejemplo» a media España, es decir, al resto de «machos-alfa» de la manada de cromañones que habitan este país. Y si a todo esto le sumamos que este señor es un cargo público, bueno, varios cargos públicos, senador y presidente de una administración insular, pues apaga y vámonos!

Evidentemente, partiendo de la tan manida presunción de inocencia, y de que todo el mundo tiene derecho a defenderse, resultan sumamente llamativas y bastante creíbles, las declaraciones de la policía y hasta del propio gerente de la sauna, sobre lo ocurrido con el senador de marras. Es que me lo puedo imaginar perfectamente: el retoño fardando y molestando al personal y el papá de la criatura que en lugar de llamar la atención al retoño, le legitima y enardece su conducta, porque para eso es senador y es «intocable» (como Eliot Ness). Porque para eso están los locales como el «Gola chicas«, para escenificar el poder patriarcal, para tener a las chicas (inmigrantes, por cierto), como mercancía y para que los machos alardeen de quién la tiene más larga. Para consolidar los «pactos entre caballeros», que diría Sabina, y para simbolizar todo lo que un buen macho con poder necesita hacer: fardar, beber y foll… Y si no le dejan, cabrearse, ponerse al mundo por montera y arremeter contra quien le niegue el patriarcal «derecho» a hacer lo que «me sale de los huev…»

Si este señor tuviera un poco de ética, ya habría presentado su dimisión por una razón muy sencilla: porque un cargo público no se puede permitir ser conocido en toda España por semejantes acciones, porque su familia, sus votantes, la ciudadanía en general y las instituciones a las que representa, merecen un poco de respeto y porque ser socialista y machista debería ser incompatible.

Sólo espero que, una vez que se esclarezcan los hechos, el partido tome las decisiones oportunas, en coherencia con su ideario y con la Igualdad (filosófica y normativa) que ha promovido en los últimos años. Porque sí, está muy bien tuitear que su comportamiento nos avergüenza, pero mejor estaría si dejara de avergonzarnos porque se tomaran medidas ejemplares para que este tipo de situaciones no se volvieran a producir. No se pueden cuestionar los comportamientos fascistas y misóginos de la derecha y permitir los propios en casa. Y sobre todo, ya va siendo hora de que los políticos, de cualquier ideología, tomen conciencia de que el ejercicio de la política es un servicio público a la ciudadanía y como tal, sus conductas y actitudes deben ser ejemplares e intachables, máxime, si encima, como en este caso, procedes de la docencia. ¡Qué triste! Así nos va.

Genes y mujeres

«La herencia genética pesa más en el rendimiento escolar de un alumno que su entorno socioeconómico«. Así de contundente se expresa un informe de la CEOE por el que yo me puedo quedar en casa tan ricamente y a las Consejerías de Educación les da el argumento perfecto para desmantelar los servicios de apoyo al alumnado con dificultades, total, para qué nos vamos a esforzar en compensar las desigualdades del alumnado si todo está en los genes.

Bueno, y si los genes son determinantes en el éxito escolar, las mujeres somos las culpables del fracaso (escolar, se entiende). Sí, a los «sesudos investigadores» (¿?) del informe no se les ha ocurrido mejor argumento que aludir a que la presencia femenina en la docencia «no ha sido bien recibida por todo el mundo», y claro, ya se sabe que las mujeres que no somos bien recibidas provocamos el caos en el sistema (educativo, en este caso), todo el mundo tiene constancia de esto, después de múltiples experimentos científicos sobre el tema. Así que yo, que soy mujer y me dedico al alumnado con problemas me debería ir buscando otro tipo de trabajo porque, según la CEOE, en este no soy bien recibida.

Sólo espero que este informe no le de argumentos a la derecha de este país para reforzar la segregación por sexos, para decirle a las docentes que donde mejor están es en su casa criando a sus propios hijos e hijas y no a los ajenos y ocupándose de sus mariditos como buenas esposas, madres y amas de casa. Sólo espero que el informe no le de argumentos a la derecha para desmantelar el ya precario y, casi en estado terminal en algunas autonomías, sistema público educativo y desarticular especialmente, los servicios y recursos de apoyo. Bueno, realmente sólo espero que a la CEOE les de por meterse el informe por donde les quepa y se dediquen a mejorar la productividad y el empleo de este país y no a reforzar machistadas sin sentido.

Y sí, estoy indignada aunque no haya estado acampada en una plaza, otra cuestión más para estarlo.

No sin el feminismo

Un comentario del post anterior de mi blog dice que «no nos pasemos de la raya»… Y yo me pregunto ¿quién establece la raya? ¿Con qué derecho se arrogan los machis «chachiprogres» a decirnos hasta dónde podemos o no llegar? Quienes están construyendo «un mundo nuevo» en Sol (y en otros puntos de la geografía del país) parece que lo van a hacer sin las mujeres (como casi todas las revoluciones que se precian).

No entiendo un nuevo «orden mundial» que no sea feminista, no podría concebir un nuevo sistema de vida y de organización social que no sea feminista, pero parece que en las propuestas del 15-M no entran las nuestras. Pues nada, será cuestión de ponerse a hacer un manifiesto alternativo, porque ya puestas, si es cuestión de pedir, pidamos la utopía, que por pedir que no quede. Aún estoy esperando ver cómo se materializan las propuestas del 15-M y quiénes serán interlocutores/as del movimiento para materializarlas, porque no creo que el PP sea muy receptivo, ya decía Espe que a ella no le gusta la democracia con apellidos.

Pues nada, lo dicho, que este fin de semana largo que tenemos en Canarias (el lunes es fiestaaaaaa!!!) me dedicaré a hacer «mi» propio manifiesto.

La revolución será feminista o no será…

Cuando el 12 de mayo participé en la manifestación por la calidad de la educación pública, estaba convencida e ilusionada de acudir el 15-M a la mani de «Democracia Real Ya» y el 17-M al acto LGTB por el día internacional contra la homofobia, pero una incómoda gastroenteritis me lo impidió. Dado que no era cuestión de ir «potando» por las esquinas o de solidarizarme con un movimiento indignado cuando me costaba tenerme en pie después de varios días a arroz hervido, decidí apoyar el movimiento cuando me mejorara. Y justo cuando mejoro, me vuelve a dar dolor de estómago, pero esta vez no vírico, sino de otro tipo de indignación al enterarme de lo sucedido en Sol con la pancarta «La revolución será feminista«.

Tenía la intención de acercarme esta tarde a S/C a las marchas silenciosas, pero después de lo sucedido en Sol me lo estoy replanteando. Apoyo las exigencias del movimiento 15-M sobre la democracia participativa y el saneamiento democrático, pero resulta paradójico que quienes abogan por la democracia participativa, no dejen participar a las mujeres feministas. Cuánta ignorancia y machismo entre los «chachiprogres», no entiendo que no entiendan que el feminismo no es excluyente; cuando rompen una pancarta y gritan «fuera, fuera»! a quienes abogan por la eliminación del patriarcado capitalista, ¿qué están dando a entender? ¿Que ellos quieren anticapitalismo patriarcal? Me hubiera parecido de una lógica aplastante que hubieran arrancado en ese contexto una pancarta que dijera «Rajoy es el mejor», pero no logro alcanzar a comprender la lógica (o ilógica), de quienes arrancan una pancarta de compañeras de lucha. Esas conductas se aproximan más al fascismo que a los valores progresistas que dice asumir el movimiento 15-M.

¡Qué lástima de revolución! ¡Cuándo van a entender no hay revolución, ni democracia, ni nada que se le parezca si no estamos nosotras!

MANIFIESTO FEMINISTA_campamentoSol

Indignación y resistencia

En los últimos tiempos estamos asistiendo a un recorte en los derechos sociales sin precedentes… y no pasa nada. Mientras el Madrid-Barça es capaz de movilizar a millones de personas frente a una pantalla (más incluso que cuando el mundial), el desmantelamiento del Estado de Bienestar parece que sólo preocupa a los viejos nostálgicos de la Resistencia. Y eso es lo que ha hecho Stéphene Hessel, un ancianito de 93 años, que ha logrado mover con un puñado de páginas a la apática sociedad del siglo XXI. Afortunadamente ha escrito poco, porque si el libro hubiera hecho un sesudo análisis del sistema capitalista en más de 100 páginas, no se hubiera movido ni dios, pero en esta sociedad donde casi nadie lee, se ha hecho un esfuerzo por entender y divulgar los pensamientos de Hessel a una velocidad de vértigo y gracias, fundamentalmente, a las redes sociales. Y son estas redes las que intentan movilizar a la ciudadanía frente a la crisis, frente a la vulneración de derechos, frente a la tomadura de pelo de las multinacionales, que en una sociedad en crisis siguen ingresando beneficios millonarios para sus accionistas. El mercado ha fagocitado al Estado, estamos a merced del capitalismo más feroz al que le hacemos el juego sin preocuparnos de las consecuencias. Pese a los mails de reenviar que nos piden que boicoteemos esta o aquella empresa, nadie quiere perder su estatus dejando de consumir. Las tiendas de marca siguen estando repletas (vayan si no al Corte Inglés y fíjense en Tous, es alucinante que para comprar un oso horroroso haya que hacer cola y coger número, como en las oficinas de empleo, qué paradójico!) y las TV de plasma salen de las grandes superficies con una facilidad pasmosa (pero eso sí, hay crisis).

La crisis que estamos pagando la clase media, no los accionistas del BBVA o Endesa, o del Santander o Inditex, no, la estamos pagando quienes perdemos poder adquisitivo cada día, quienes tienen sus salarios o pensiones congeladas, quienes se desesperan por encontrar trabajo, quienes no saben cómo llegar a fin de mes, pero tienen TV de plasma. No, no sólo hay una crisis económica o financiera, hay una crisis ética, hay una crisis política, de ideas, de movilización,… Mientras nos dan pan y circo (leáse Madrid – Barça, por ej.) no saldremos a tomar las calles para protestar por el tipo de educación desmovilizadora que están recibiendo nuestros/as hijos/as, por la falta de equipamientos y recursos sociales, por la no aplicación de la Ley de Dependencia, por el recorte en políticas de igualdad, en prestaciones económicas para quienes nada tienen,…

Pero los poderosos se empeñan en insistir que este modelo es el válido, que el capitalismo funciona, que no se pueden hacer las cosas de otra manera,… Y una minoría (o quién sabe, tal vez somos mayoría), nos empeñamos en resistir, en indignarnos con ese señor de 93 años que ha logrado en unos meses despertar muchas conciencias dormidas. Y sí, hay que tomar las calles, hay que hacerse visible, hay que resistir pacíficamente a quienes se empeñan en dejarnos sin recursos, sin ilusión y sin identidad. Por eso, el 15 de mayo hay que manifestarse, por una ciudadanía incluyente, participativa y democrática. Por una gestión alternativa y diferente de lo público, para que no nos sigan tomando el pelo y para que sepan que existimos, que no somos una minoría silenciosa, que creemos que otro mundo es posible.

Y para quienes estén en Tenerife, también hay que salir a la calle el 12 de mayo, porque también otra educación pública es posible.

Y para quienes estén en cualquier parte de España (y parte del extranjero), también hay que manifestarse el 22 de mayo. Un voto puede cambiar muchas cosas, un voto que castigue la corrupción, las listas con imputados/as, la eternización en el poder, las tomaduras de pelo a la ciudadanía,… un voto útil que promueva cambios auténticos y que no sirva para tener más de lo mismo.

Simprevivas para Simone de Beauvoir o crónica de una Semana Santa en París

He depositado siemprevivas en la tumba de Simone de Beauvoir, en el cementerio de Montparnasse (una, que es así de «friki», y las siemprevivas iban desde Canarias, qué conste, que en París todo es muy caro!!!). Sí, he pasado parte de la Semana Santa en París, con un tiempo espléndido (yo iba cargada de abrigos porque todas las guías de viaje decían que  en abril llueve y hace frío en París, pero na de na), mejor que en Canarias. Eso sí, los mitos sobre París se han ido desmoronando uno tras otro, y no me refiero al de las cigüeñas, que ese ya sé desde hace muuuuuuuuucho tiempo que es falso. Creo que los/as franceses/as han tenido una habilidad especial para saber «venderse» más allá de sus fronteras, con la excusa del «glamour», la moda, la cosmética y todas esas zarandajas, han propiciado que se piense que París es el sitio más maravilloso del universo, y nada más lejos de la realidad. Bonito es, nadie lo duda, pero creo que está sobrevalorado.

Realmente lo que más me gustó de París fue una calle preciosa con encanto que atravesamos durante una ruta literaria por Montparnasse llena de barecitos típicos, con ese aire de bohemia parisina,… por lo demás, los Campos Elíseos no me parecen nada del otro mundo (eso sí, había colas delante de las tiendas más «chic», la más larga la de Louis Vuitton), las Tullerías un fiasco (muchísimo más recomendable los jardines de Luxemburgo que por lo menos tienen arboleda con sombra), Notre Dame más pequeña de lo que me esperaba, el Sagrado Corazón, quizás lo más impresionante, al tiempo que cansado si lo subes peldaño a peldaño, y el Louvre y Versalles atiborrados de gente. Del Louvre vimos lo más típico, que una no es una entendida en arte y no tenía el cuerpo para patearse todo el museo, así que con la Venus de Milo, La Gioconda, la Victoria de Samotracia y La libertad guiando al pueblo, entre otras cosas, nos conformamos. Y de Versalles vimos todo lo enseñable en el pack básico (aposentos del Rey y la Reina, Galería de los Espejos,…), en fin, que esperaba que la galería de los espejos fuese más enorme e impresionante y que los jardines tuvieran más sombra y más flores. O una está muy cansada de ver palacios, o en Francia se lo han sabido montar muy bien con la publicidad. Si me dieran a elegir me quedaría antes con Praga o La Habana que con París.

Pero bueno, una que no sólo sigue las rutas turísticas típicas, dejó que la guiaran por el París cultural y así, seguimos los pasos de Marcel Proust, Gertrude Stein o Hemingway, bueno especialmente los de Proust, ya que mi acompañante es «superfan» y acabamos en Illiers-Combray el pueblo donde Proust pasó parte de su infancia y donde se inspiró para iniciar «En busca del tiempo perdido» (eso sí, la ruta proustiana no debe ser muy transitada porque cuando intentamos comprar las famosas magdalenas de la tía Leonie, nos miraron como si nos hubiéramos escapado de un psiquiátrico, así que nos conformamos con sacarle una foto a la pâtisserie, donde estaba escrito en el escaparate lo de las magdalenas, para asegurarnos que manteníamos la cordura. (Por cierto, de camino a Illiers pasamos por Chartres y vimos su catedral, que yo diría que supera a Notre Dame). Ah! y también visitamos el Museo Rodin y el Museo Carnavalet (éste último, siguiendo a Proust, of course).

En fin, que si alguien va a ir a París debe saber unas cuantas cosas básicas:

1) No crean lo que dicen las guías de viaje sobre que el metro es complicado y lioso con los transbordos, es como cualquier otro metro del mundo (yo iba «atacá» pensando que no iba a salir del metro de París en la vida).

2) No crean lo que dice la gente de que los/as franceses/as son antipáticos/as. No tuvimos ningún problema, incluso apenas chapurreando cuatro palabras en francés, eso sí, yo he acuñado un nuevo término: el «spanfranglish», que fue nuestra forma de comunicarnos con el mundo exterior: una mezcla de francés e inglés aderezado con lo que no sabíamos en ninguno de los dos idiomas, en español, pero vamos, que nos entendimos rebién con les parisiens. ¿Comenté que no íbamos en un viaje organizado sino por nuestra cuenta? En París creo que es la mejor forma de viajar, ir a dónde quieras en libertad y en metro, que para en todos los sitios turísticos. Si no van a seguir las rutas turísticas típicas pueden ahorrarse el París Visité y comprar un bono de metro de diez tickets que sale por 12 € (los billetes sueltos cuestan 1,70 €).

3) Lleve crema hidratante de casa (en París le recuerdo que sigue siendo todo muy caro), porque cuando cate el agua parisina para ducharse o lavarse la cara entenderá por qué París es la cuna de la cosmética.

4) Ubique un supermercado cerca de su zona de alojamiento si no quiere pagar 4 € por una botella de agua. Los Monoprix son típicos y suele haber por diferentes zonas. O a unas malas, busque un Quick (la versión belga de McDonald’s o un propio McDonald’s que están por todas partes, es lo que tiene la globalización, y tal y como están los precios en los restaurantes de París, no es cuestión de ponerse una antikapitalista). Eso sí, los restaurantes parisinos son una maravilla, así que si se lo pueden permitir, aprovechen, y si no, siempre se puede recurrir a las Brasseries (aunque hay muchas carísimas).

5) Si está en ruta turística por la calle y necesita un baño, es mejor que utilice una de tantas «toilettes» públicas y gratuitas que se encuentran por la calle (están muy limpias, tienen un sistema de desinfección automático) que adentrarse en un bar si no se va a consumir.

6) Si lo que quieren son marcas de moda carísimas pueden estar todo el día pateando la avenida de los Campos Elíseos, pero vamos, que les saldrá más rentable irse a la milla de oro madrileña (rentable no por los precios de las cosas, si no porque se ahorran el avión y el alojamiento en París).

7) Si lo que quieren es descubrir una Francia diferente, adéntrense en los pueblos de la campiña francesa o visiten el sur de Francia, la región del Languedoc y la ruta de los castillos cátaros, especialmente Carcassone (aunque también es hiperturístico), y olviden un poco a París porque su «encanto» acaba desencantando (bueno, es una opinión, entiendo que haya gente a la que le parezca fascinante).

Por cierto, la Tour Eiffel es más bonita iluminada, de día no pasa de ser un amasijo de hierros para engrandecer el espíritu megalómano parisino. (Y para finalizar, fotito de la tumba de Simone de Beauvoir, que comparte con Sartre, por cierto. Mis siemprevivas son esa cosa chiquitita que está por el centro un poco a la derecha).

Carmen París: el arte hecho mujer

Sólo hay dos artistas que sean capaz de situarme en un estado de «fenómeno fan exacerbado»: Lila Downs y Carmen París. A la primera he tenido la oportunidad de escuchar en varios conciertos, tengo un disco autografiado y toda su discografía. A la segunda tuve la oportunidad de escucharla por primera vez en concierto anoche, pese a tener también toda su discografía (sus tres discos: Pa’ mi genio, Jotera lo serás tú e Incubando). (Y también conseguí un disco autografiado!!!).

Con un piano (y un bongó) sobre el escenario y su espectacular voz, Carmen desgranó sus canciones aderezadas con divertidos comentarios sobre cada una de ellas. Fue una actuación brillante que pocos artistas podrían conseguir. Sin banda, ella, su música y sus letras. Carmen es un prodigio de talento y una lástima que sea tan desconocida (al menos en mi entorno). A todas las personas a las que les hablé de ella y del concierto me miraban con cara de ¿y esa quién es? Cuando me preguntaban ¿y qué tipo de música hace? Yo me quedaba un poco «in albis» e intentaba explicar que hacía una fusión con la jota aragonesa y ritmos varios del mundo (jazz, flamenco, música árabe, latina,…) a lo que la gente aún me ponía cara más rara. Después del concierto de anoche, les diré, bueno, ustedes se lo perdieron, qué se le va a hacer!, porque para explicar lo que hace Carmen hay que escucharla, hay que verla y hay que disfrutarla. Hay que abrirse a nuevas experiencias, ritmos y melodías y olvidar el purismo musical por un rato.

Pero Carmen es más que música, es compromiso social y vital, especialmente con las mujeres y la causa palestina, ya que en los pocos minutos que pudimos charlar con ella, fue uno de los temas abordados. En fin, que salí del concierto con una sonrisa de oreja a oreja, feliz, porque en una hora y media disfruté con el arte de Carmen como hacía tiempo que no disfrutaba. Resulta difícil transmitir con palabras este tipo de experiencias, así que, recomiendo a quienes me leen que la próxima vez que se enteren de un concierto de Carmen París no se lo piensen dos veces.

Ah! por cierto, hay una tercera cantante y compositora de la que soy auténtica fan, pero como la «confianza da asco», y de ella soy amiga aparte de fan, no la sitúo en el podium inalcanzable de las diosas del arte: ella es Arita Mitteenn y también es absolutamente recomendable.

¿Rectificar es de sabios?

Parece que tras el aluvión de críticas recibidas, nuestro Presidente ha decidido rectificar sus palabras… lo que ocurre es que no sé qué ha sido peor, si el alegato etnocéntrico de su segunda intervención o el mantenimiento de tópicos de la primera. En fin, que mejor se dedique a hablar de lo que sabe (los casos de corrupción de CC, por ejemplo) y se deje de hablar de algo que desconoce profundamente (la violencia de género).