A votar!

Las elecciones del 20N no son unas elecciones cualquiera, en las elecciones del próximo domingo nos jugamos mucho. Nos jugamos el enfoque del modelo político-económico que ha de regir en nuestro país en los próximos años, nos jugamos la forma en la que saldremos de la crisis (ahogando los derechos de ciudadanía o apostando por un cambio de modelo productivo), pero nos jugamos mucho más que la creación de 5 millones de puestos de trabajo (algo que no va a hacer ningún partido político de la noche a la mañana), nos jugamos nuestros principios éticos y jurídicos: nos jugamos la igualdad. Y las mujeres nos jugamos más que nadie:

– Nos jugamos el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y sobre nuestros derechos sexuales y reproductivos.

– Nos jugamos las leyes que han venido a dar garantías jurídicas a nuestros derechos: la Ley de Igualdad, la Ley integral contra la violencia de género.

– Nos jugamos la atención a la dependencia (recordemos que la mayoría de cuidadoras de personas dependientes son mujeres).

– Nos jugamos los Servicios Sociales, la Sanidad, la Educación,… PÚBLICAS!

– Nos jugamos que las personas homosexuales puedan contraer MATRIMONIO si así lo desean.

– Nos jugamos servicios públicos para favorecer la conciliación de la vida personal, familiar y laboral. Nos jugamos verdaderas políticas que fomenten la corresponsabilidad,…

Y como nuestros derechos, MIS DERECHOS, no son un juego, mi voto estará con quien creo que mejor puede garantizarlos, mi voto será útil y apoyará a RUBALCABA. Quizás en otra coyuntura me hubiera planteado apoyar otras iniciativas progresistas más minoritarias, pero no ahora. Cuando me levante el 21 de noviembre quiero sentirme segura; segura de que los derechos que a las mujeres nos ha costado tanto conquistar no serán barridos de un plumazo (plumazo del ala de una gaviota). Dicen que el PP da seguridad a los mercados, yo quiero una alternativa política que dé seguridad a las PERSONAS.

Sé que hay mucha gente desencantada con la política, indignada con el Gobierno (que no es culpable de la crisis, por cierto), pero si queremos evitar indignarnos aún más cuando comiencen a derribar el Estado de Bienestar, el 20N tenemos la oportunidad de hacer algo. Y el voto nulo o en blanco no logrará cambiar las cosas. Una mayoría absoluta del PP sería lo peor que le podría pasar a este país en mucho tiempo (aunque en la TDT-party se empeñen en afirmar lo contrario).

Yo el 20N voy a votar, confío en que las personas progresistas de este país (que somos mayoría) hagan lo mismo.

Con Rubalcaba

Una debería entrenarse para saber qué decir en encuentros imprevistos y no quedarse “in albis” frente a una persona que admira. Sólo he tenido dos momentos auténticamente “friki” en mi vida: cuando conocí a Lila Downs y cuando sólo he podido decir a Rubalcaba “gracias por luchar por los derechos de las mujeres” (o algo así), en un momento de disociación cognitiva, ya que podía haber dicho: gracias por apostar por nuestros derechos (puesto que yo también soy mujer); o gracias por garantizar mayores derechos para la población LGTB; o gracias por incrementar los recursos y la protección a las mujeres víctimas de violencia de género; o gracias por mejorar nuestros derechos sexuales y reproductivos; o gracias por ocuparse de la identidad de género y la transexualidad; o gracias por la Educación para la Ciudadanía,… pero claro, si le hubiera dicho tantas “gracias”, hubiera perdido, sin lugar a dudas, el avión para Gran Canaria.

También le tendría que haber dado las gracias por el proceso de trabajo que ha conducido al fin de ETA o por su larga trayectoria y compromiso con los ideales de igualdad y justicia social. Así que todo lo que no pude decir ayer (y más que seguro se queda en el tintero), lo recojo hoy por aquí, para que al menos quede constancia, y de paso “fardar un poquillo” del encuentro improvisado con Rubalcaba (y gracias a Lola Padrón por su sororidad y complicidad con las mujeres feministas que esperábamos en el parking del Auditorio).

No me resigno

Estamos a menos de un mes de las elecciones generales del 20-N y no me resigno a las encuestas, a los comentarios, a quienes dan por hecho un triunfo de la derecha. No me resigno a pensar que en este país la gente no sea capaz de analizar las acciones de la derecha y las acciones de las fuerzas progresistas. No, no me resigno a vivir en un país gobernado por quienes están desmantelando el estado de bienestar en las Comunidades Autónomas donde gobiernan, no me resigno a perder Servicios Sociales, escuelas públicas y centros sanitarios públicos en favor de conciertos con amiguetes de la privada, o de la directa privatización de lo público. No me resigno a que mis derechos de ciudadanía los dicten los obispos, cuando una lleva tanto tiempo militando para que «quiten los rosarios de nuestros ovarios». No me resigno a que la unión de las personas homosexuales deje de llamarse matrimonio si así lo desean, no me resigno a que no puedan adoptar y formar una familia, tan digna y tan válida como cualquier otra; no me resigno a que los derechos de las mujeres víctimas de violencia de género den un paso atrás; no me resigno a que en las escuelas se deje de hablar de ciudadanía o a que las personas no puedan comunicarse en su lengua materna porque se imponga el pensamiento (y la lengua) única. Tampoco me resigno a que no pueda tener derecho a una muerte digna, a que no existan leyes que garanticen la igualdad de trato,… y no, no me resigno a que las mujeres no podamos decidir sobre nuestro cuerpo, sobre nuestra sexualidad y sobre el número de hijas/os que deseamos tener.

Todo el mundo dice que Zapatero lo ha hecho fatal; el discurso alentado por la derecha y la «TDT-party» lo culpa de todos los males de nuestro país, obviando el papel de los mercados, la banca, el capital,… en el desaguisado en que nos encontramos. Sólo hace falta echar un vistazo a nuestros países vecinos para ver cómo ha gestionado la derecha la crisis: privatizaciones, despidos, recortes de derechos,… Si bien es cierto, que en España no nos hemos quedado al margen de los recortes, lo cierto es que la crisis para algunas personas es más psicológica que real. Y si ahora estamos así, ¿realmente hay quien piensa que la derecha nos va a solucionar todos nuestros problemas? ¿Realmente hay quien piensa que la derecha se va a aliar con las clases más desfavorecidas en lugar de aliarse con el capital?

Me indignan lxs indignadxs; me indigna quien piensa que todos los partidos son iguales y son incapaces de construir una propuesta política alternativa, potente y con capacidad de gobierno. Creo en la democracia participativa, pero para estar con el culo plantado en una plaza debatiendo propuestas que no parecen llegar a ningún sitio, trabajo en el día a día para construir un mundo diferente. El 20-N no es una fecha cualquiera, el 20-N se decide qué ideología va a marcar la hoja de ruta de este país en los próximos años. Y no, no es lo mismo una ideología de izquierda que una de derechas, no es lo mismo un talante negociador y dialogante que un talante (?) impositivo y dictatorial al servicio del mercado y de la iglesia. Quizás haya que recordar la coherencia de quien dijo que iba a retirar las tropas de Irak y lo hizo, de quien hizo de la lucha contra la violencia de género la primera Ley de la pasada legislatura, de quien apostó por la igualdad entre ambos sexos como enseña de sus políticas (aunque se contradijera posteriormente con la supresión del Ministerio de Igualdad, pero lo cierto es que las acciones a favor de la igualdad siguen presentes. ¿Dónde están los organismos de Igualdad en las Comunidades gobernadas por el PP? Os reto a buscarlos y ver dónde se sitúan en el organigrama de gobierno).

Tengo claro que en el 20-N mi futuro como ciudadana está en juego y si todas y todos tenemos claro lo mismo, debemos acudir masivamente a las urnas y votar alternativas progresistas, pero alternativas realistas con capacidad de gobierno. Desperdiciar un voto el 20-N, sí que le dará el triunfo a la derecha.

Un día histórico

He tenido el blog abandonado hace más de un mes porque la sobrecarga de trabajo no me deja mucho tiempo libre, pero hoy creo que merece la pena celebrar el anuncio de ETA sobre el cese definitivo de su actividad armada. A lo mejor es ser muy optimista, y conociendo la trayectoria de la banda terrorista y sus continuos incumplimientos de treguas, igual no es para echar las campanas al vuelo, pero lo cierto es que las condiciones actuales y el esfuerzo que se ha hecho para que llegara este día parece que están dando frutos. Ahora queda el proceso más complejo: negociar, dialogar, reparar daños,… porque el fin de ETA anuncia el principio de una nueva convivencia en Euskadi.

Y para que la felicidad sea completa, hay un tirano menos en el mundo, que también hay que celebrarlo, aunque una sea poco amante de la violencia. En fin, habrá que estar muy pendiente de los próximos acontecimientos.

Día de conmemoraciones

Qué estrés de día! Hoy se celebra la Diada catalana, en plena batalla lingüística, que una se pregunta, ¿qué manía tienen los fachas con querer homogeneizar a todo el mundo? El castellano ya está bastante afianzado, no se va a perder nuestro idioma porque en Cataluña hablen más en catalán que en castellano. También hoy se recuerda a las 20.000 víctimas del terremoto de Japón de hace seis meses. Pero la conmemoración «estrella», el 11-S que atrae todas las miradas, es el décimo aniversario del atentado contra las Torres Gemelas (y más, pero parece que el avión del Pentágono o el 93 de United pasaron más desapercibidos). Hoy toda la prensa nos interpela preguntándonos qué hacíamos ese día, yo ni me acuerdo, pero vamos, que tampoco me acuerdo de lo que hice ayer, con mi memoria de pez, no es extraño. Pero sí soy consciente de las consecuencias que han tenido los atentados. Si hubieran sucedido en Bangladesh, en Tayikistán o en Tombuctú, hubieran pasado sin pena ni gloria, aunque se hubiera masacrado a toda la población, pero Al Qaeda golpeó los Estados Unidos de América, y eso resultó imperdonable. Siempre ha habido clases, y un muerto estadounidense vale más que uno (o una) somalí, por ejemplo. Así que, durante unos años, los yankis nos tuvieron saliendo a la calle, día sí y día también, para gritar: ¡Guerra no, guerra no, guerra no! aunque el trío de las Azores (con Ansar de aliado) nos hiciera puñetero caso. Porque qué mejor respuesta a los atentados que una guerra, ya se sabe que la violencia hay que combatirla con más violencia, es lo más básico que te enseñan en 1º de Derechos Humanos, y qué mejor salida al arsenal armamentístico acumulado desde la Guerra Fría que ir a matar «terroristas» islámicos (bueno, y población civil a mansalva, pero eso eran daños colaterales sin importancia).

El 11-S dio paso a un nuevo orden mundial, un sistema belicista, imperialista, absolutamente patriarcal y conservador que trajo consigo la mayor crisis económica que mi antedicha memoria de pez recuerda. El mundo ha vivido con miedo durante una década, la extremas medidas de seguridad (¿?) aeroportuaria, por ejemplo, no impidieron el trágico atentado que sufrimos en España otro día 11, el 11 de marzo de 2004. Sin embargo, la paranoia contra todo lo que sonara árabe aumentó, la islamofobia se disparó y prácticamente toda persona con un atuendo no occidental se consideraba un/a terrorista en ciernes.

Y así vamos pasando los aniversarios, en un mundo cada vez más convulso, en manos de tiburones financieros, con mayores pérdidas de democracia, con el desmantelamiento de los Estados de Bienestar,… porque lo que importa ya no son las personas, son las grandes multinacionales.

Y mientras fijamos la vista en los haces de luz que parten de la zona cero del World Trade Center, nos olvidamos de otro aniversario que ocurrió también un 11 de septiembre de hace 38 años, en 1973, en un país no tan «poderoso» como EE.UU., en Chile, pero que supuso un auténtico mazazo a la democracia: el golpe militar contra Salvador Allende. Pero claro, Chile no es EE. UU. (afortunadamente) y la gente tiene poca memoria histórica. Y si en este mundo hay algo que merece la pena conservar es la memoria. Quizás sea lo único que impida que volvamos a cometer los mismos errores.

Verano literario

Se acaban las vacaciones, al menos para mí. Ha sido un verano movidito en cuanto a sobresaltos económicos, visitas papales y agresiones policiales (me ha salido una rima sin querer) y productividad literaria (en mi caso, que no me he ido a ver al Ratzinger (sólo me faltaba eso!!!) ni tengo nada que ver con «la prima de riesgo»). Además de escribir, me he dedicado a leer, y en eso sí que me ha cundido el verano. Entre viaje y viaje al Hospital (que también he tenido un verano «medicalizado») y viaje y viaje a la piscina y a la playa (porque irme a Barcelona de congreso no lo considero «vacaciones»), he «devorado» unos cuantos libros, así que allá van algunas recomendaciones:

– Comencé en julio por un libro, «archisugerido» por varias compañeras desde hace tiempo, que no me había animado a leer, La soledad de los números primos de Paolo Giordano y la verdad es que me sorprendió gratamente. No suelo leer «fenómenos editoriales» y «éxitos de venta» porque siempre acaban decepcionándome, pero en este caso, me ha gustado.

– Continuamos con la novela negra nórdica, a la que me he aficionado muchísimo últimamente. Dos han sido las «víctimas» de este verano: Las alas del dinosaurio de Sissel-Jo Gazan (muy recomendable) y Hablaré cuando esté muerto de Anna Jansson, un poco flojillo para mi gusto, pero bueno, se puede leer. (Aunque no los he leído este verano, me ha gustado mucho toda la saga de Camilla Läckberg).

– Entre novela y novela, intercalamos algún ensayo sobre coeducación (trabajo «obliga») y releímos muuuucho y leímos, por primera vez, La coeducación en la escuela del siglo XXI de Pandora Mirabilia (Coop.), y bastante completo en lo que a coeducación se refiere.

– Para no saturarnos con el trabajo, volvemos a la literatura y a un gran descubrimiento: la vida de Leonora Carrington de la mano de Elena Poniatowska. Su novela Leonora sobre la vida de la genial pintora surrealista es absolutamente deliciosa y recomendable. Y de la mano de otra gran mujer, a la que admiro profundamente, podemos descubrir la vida de Alfonsina Storni. La novela Una gasa delante de mis ojos de Elsa López realiza un brillante recorrido por la vida de la inigualable poeta y escritora argentina.

– Y finalizamos el verano con poemas, para aportar el tinte romántico y melancólico a la vuelta al trabajo. Sólo de amor, una antología poética de Elsa López están cerrando (aún no lo he concluido) el final del verano, que ha cundido, literariamente hablando.

Y es que no hay nada mejor que irse a la playa (o piscina) con un libro. Desentumece las neuronas, que no viene mal de vez en cuando (especialmente a quien no tiene costumbre de leer). Así que ya lo saben, en lugar de irse de botellón, pongan un libro en sus vidas (bueno, y luego si quieren, pueden irse de botellón, que no estoy yo pa’ prohibiciones).

Las nuevas cruzadas

Imaginen por un momento que Zapatero acude a Francia o a Alemania y les dice a Sarkozy o Merkel que las leyes de sus respectivos países son una porquería y que más les valiera funcionar con los rectos valores que difunde España. ¡Se crearía un incidente diplomático de tres pares de narices! Aquí viene el jefe del Estado más diminuto del mundo, pone a caldo nuestras leyes democráticas y no pasa nada, es más, le reciben con todos los honores y se pasa unos días poniéndose «morao» con las viandas españolas mientras en Somalia se mueren, literalmente, de hambre.

Que Madrid sea una ciudad sitiada por miles de jóvenes ultracatólicos (en su mayoría) podría «tolerarse» (¿?) pero lo que resulta del todo intolerable es el acoso policial a quienes no forman parte de las JMJ, siglas, por otra parte, a las que les falta una C. Naciones Unidas declaró el 12 de agosto «Día Internacional de la Juventud», y la iglesia católica se arroga el derecho de montarse un chiringuito sólo para los suyos, las/os jóvenes no católicas/os (que por otra parte, son mayoría en el mundo, no cuentan). Las JMJ deberían llamarse Jornadas Mundiales de la Juventud Católica (JMJC), así quedaría más claro de lo que se trata y más evidente lo excluyente del asunto.

Los medios recogen estos días ejemplos de la brutalidad policial y no pasa nada, al contrario, el Defensor del Menor de Madrid va a investigar el acoso a los/as peregrinos/as. Esto es el mundo al revés. Partiendo de que rechazo cualquier forma de violencia, venga de peregrinos/as o de laicos/as, me parece que este último colectivo merece acogerse también a la libertad de expresión. No comparto la provocación como estrategia defensiva ni para llamar la atención sobre una idea, creo que hay fórmulas más asertivas y pacíficas para divulgar formas de pensamiento alternativas, y creo que en la marcha laica se produjeron conatos violentos no deseables, pero creo que intentar sacar unas fotos no merece la desproporcionada y violenta respuesta que vivió Daniel Nuevo. Todavía estoy esperando (y esperaré sentada) una condena papal a la brutalidad policial. Esos que proclaman caridad y amor, huy que no, que esos valores ya los han olvidado, ahora proclaman «radicalidad cristiana«, que todavía no sé muy bien qué es, ¿será negar derechos sexuales y reproductivos, rechazar la homosexualidad, la educación para la ciudadanía,…? ¿Será posicionarse en contra de los métodos anticonceptivos y conducir a la muerte segura a miles de mujeres por abortos clandestinos? ¿Será propagar la pandemia del VIH-SIDA por negar el uso del preservativo? ¡No, no puede ser que unas personas tan buenas, que dicen defender los «valores cristianos» hagan eso! Esa iglesia tan buena que ama tanto a los niños y a las niñas, tanto, tanto y tanto que lleva siglos abusando de ellos/as (creo que los escándalos por pederastia son la punta del iceberg), esa iglesia tan, tan buena que tiene una historia de amor, caridad y perdón intachable, que promovió la quema en la hoguera de miles de mujeres acusándolas de brujería, que masacró pueblos enteros con el fin de llevar su mensaje de buena voluntad a todas partes,… en definitiva, esa iglesia tan buena que siempre se alió con dictadores en lugar de con los/as oprimidos/as (dejo al margen, por supuesto, a quienes dentro de la iglesia sí han luchado en contra de la jerarquía eclesiástica, teología de la liberación y cristianos/as de base que tienen otra forma de pensar y actuar). Porque yo no creo que «iglesia somos todos/as», porque ni la propia iglesia se lo cree, creo que la jerarquía olvida a sus bases y de cuando en cuando organiza actos multitudinarios para ofrecer al mundo una expresión de la fuerza que hace mucho ya perdió.

Me asombra también la manipulación y la desinformación del 15-M, que dicen que la «izquierda detesta a la iglesia católica por colaborar con la dictadura franquista» o que «la izquierda española rechaza toda forma de espiritualidad», ¿pero de qué izquierda hablan? ¿quién se cree con el derecho de afirmar que la izquierda rechaza formas de espiritualidad? ¿Lo dice una persona en una asamblea y ya tiene eco mediático? La izquierda lo que siempre ha rechazado son las injusticias, las jeraquías y la opresión de una mayoría por una minoría (entre otras cosas). No deja de resultar curioso que el 15-M esté tendiendo puentes hacia la JMJ. Yo creo que hay pensamientos tan discrepantes que por mucho que se tiendan puentes nunca se van a alcanzar, quizás los de ciertos sectores del 15-M no estén tan alejados de los de la iglesia, y eso me preocupa. Y mucho.

Las creencias religiosas siempre me han parecido un tema apasionante, y lo que se llega a hacer en su nombre un tema del Tribunal Penal Internacional, pero ahora estamos asistiendo a una nueva cruzada de evangelización contra la descreída España (encarnada por un diablo con cuernos llamado Zapatero que hace leyes muy malas que promueven la igualdad) y todo el mundo tan contento procesionando un vía crucis. ¡Qué miedo! De ahí a las nuevas hordas posfranquistas sólo hay un paso (recordemos quién procesionó a Franco bajo palio).

Sólo espero que el subidón papal se les vaya pronto a los/as jóvenes, que se vuelvan a casita tan contentos/as como si hubieran estado en un festival de los Rolling y vivan el espejismo de sentirse fuertes siendo una minoría, y nos dejen al resto seguir apostando por la democracia, por la igualdad, por el diálogo intercultural y por la libertad (para todas y para todos, independientemente de su sexo, edad, orientación sexual, procedencia geográfica,… como garantizan las Constituciones de los estados democráticos que a la iglesia católica le traen al pairo).

Tarde de domingo rara

Que diría Amaral. A mis vecinos (machis, mayoritariamente), les ha dado por organizar la fiesta del verano en la piscina. Eso significa que no podré bajar a bañarme hasta que el martes, nuevo día laborable, venga el personal de limpieza a recomponer los destrozos y limpiar la piscina. Eso también significa que llevo cinco horas (prácticamente ininterrumpidas) escuchando: La Yenka, 15 años tiene mi amor, en la fiesta de Blas, el waka-waka, todo ello aderezado con música «makinera» y repetido una y otra vez sin parar. Este año, la «originalidad» sin precedentes de mis vecinos, les ha llevado a organizar un concurso de «Miss» y «Míster» para niñas/os (mira, han intentado no ser sexistas, no eligen sólo a la niña más mona, reparten estereotipos por igual pa’ todos/as); también han organizado concursos de competición y se escucha de forma atronadora aullar a los machis: uhuhuhuhuh, cual orangután en la selva. Es un «espectáculo» increíble, para grabar en vídeo y ponernos a analizar roles de género y estereotipos sexistas por doquier (por ej. las mujeres afanadas en la comida y los machis bañándose en la piscina).

Sólo espero que después de esta tarde (entre el calor y los gritos de los primates de la piscina) no se me termine de licuar el cerebro, que lo necesito para pensar (algo que los organizadores de la fiesta no suelen hacer a menudo). Ains, cada vez tengo más claro que el hombre desciende del mono… las mujeres, no.

¡Menos mal que este desaguisado sólo es una vez al año, los restantes 364 días aquí se vive de lujo!

Yo tampoco te espero…

así que puedes quedarte en tu puñetera casa!!! Creo que ya se ha dicho todo lo posible sobre la visita del papa, pero como este es un espacio donde poder manifestar mi indignación, pues allá va. Por si fuera poco que en plena crisis nos gastemos unos 50 millones de euros para acoger a uno de los máximos representantes del patriarcado en el mundo, homófobo, reaccionario, machista,… que viene a nuestro país a poner a caldo las leyes progresistas que garantizan nuevos derechos de ciudadanía, por si fuera poco, con lo que nos vamos a gastar en su «acogida» se podrían salvar miles de vidas en África. Si tantos/as jóvenes que van a ir a Madrid, en lugar de comprar el merchandising de la iglesia, destinaran ese dinero para la hambruna de Somalia, otro gallo nos cantaría, pero parece que a esta iglesia arcaica se le ha olvidado lo que predicaba un señor conocido como Jesús de Nazaret que si viera lo que se hace hoy en su nombre, volvería a echar a los mercaderes del templo.

Por si a alguien le quedaban dudas de lo que supone económicamente la visita del papa, pueden amplicar la información en un interesante artículo de Público titulado «Las prebendas del peregrino» y por si alguien quiere informarse de quién está detrás de la cacareada visita puede visitar la web laicismo.org y ver los apoyos, y si quieren ampliar más información, vean también quién está en el comité organizador.

Pero si lo que quieren hacer es ser coherentes, y además de cambiar la foto del perfil de Facebook por «Yo no te espero», el objetivo es fastidiar un poco más a la iglesia católica, apoyen las campañas laicistas, no se les ocurra marcar nunca en el IRPF la X de la Iglesia, y hagan apostasía de una maldita vez!!! Yo voy a ello!

Lagarde, premonitoria

Hoy estaba leyendo un artículo de Marcela Lagarde del año 1995 que se llama «Identidad de género y Derechos Humanos. La construcción de las humanas» (absolutamente recomendable, por cierto, como todo lo de Marcela), y tenía una frase que me ha dejado impactada por su relación directa con lo que acaba de suceder en Noruega. La comparto:

“Si no enfrentamos con eficacia y efectividad el sentido patriarcal de la vida, cada año y cada día que pase, en lugar de aminorar, los sexismos se sumarán a otras formas de dominación nacional, de clase, etnocida. Los sexismos, como hasta ahora, serán atizados y usados como combustible para los neofascismos, la fobia a los extranjeros, a las personas de otras opciones políticas, de otras creencias y prácticas religiosas o mágicas, sexuales o estéticas. La fobia a los otros, a las otras, se reproduce por el fomento de la desidentificación entre personas diferentes. Esta creencia dogmática refuerza la tesis de que sólo pueden identificarse positivamente entre sí las personas y grupos semejantes. La fobia al otro, a la otra, como sustrato cultural y de autoidentidad llega al extremo cuando el horror, el rechazo y el daño se legitiman y abarcan a cualquiera”.

Para continuar la reflexión, la lectura del artículo completo, merece la pena.