«Juegos» de guerra

Una querida compañera periodista, Carla Medina, publicaba hoy esto en su Facebook: «Especulan con los países y ya está. Da igual que nos financien, que nos rescaten, que nos subvencionen o que nos sobornen… da igual. Esto es un juego de guerra, estrategia bélica aplicada a los mercados. Y estamos perdiendo queridos….» (yo añadiría, y queridas, por esto de que soy feminista y hay que visibilizar a las mujeres, que nos estamos llevando la peor parte de la mal llamada «crisis», ahora mejor llamada estafa o guerra económica). Y como muy bien sabe mi querida Carla, sufridora del desempleo y los recortes de la dura, o mejor dicho, jodida profesión periodística, parece que no somos las únicas que pensamos que esto no es una crisis, que esto es una guerra, con una nueva modalidad estratégica. Ahora ya no hay tanques en las calles, no hay bombas cayendo en nuestras ciudades, eso lo dejamos para otros países, aquí en occidente somos muy «civilizados/as», aquí no nos manchamos con la sangre de otros/as (ya bastante derramamos), ahora nos la chupan directamente. Los mercados nos vampirizan, pero eso sí, elegantemente, sin ensuciarse los «guantes blancos». Ahora las batallas se libran en las bolsas, los proyectiles se llaman «prima de riesgo» y los ataques a la soberanía de los pueblos se llaman «líneas de crédito». Si ya estábamos ahogados/as con los recortes de esta legislatura, miedo me da lo que puede suponer el rescate bancario.

Hace unas semanas, Jordi Évole entrevistó al exvicepresidente de la Bolsa de París y hacía un interesante análisis de la estafa colectiva que están efectuando los mercados y los gobiernos a la ciudadanía y afirmaba que, efectivamente, estamos en una guerra económica, pero también estamos en un momento donde nos tenemos que replantear qué sistema queremos, qué valores han regido este sistema hasta ahora y cuáles queremos definir para el futuro.

Mientras la principal noticia de la prensa sea el valor de la prima de riesgo y no se hable de las personas que están perdiendo derechos, mientras sea más importante la especulación financiera que las personas, mientras se sigan perdiendo vidas a consecuencia de llegar a situaciones límite, de no tener lo mínimo para subsistir y nuestros/as gobernantes se vayan al fútbol, difícilmente podremos darle un vuelco al sistema. Mientras se nos aletarga con la «Eurocopa», millones de personas en Europa pasan hambre y en nuestro país alcanzamos récords históricos en pobreza infantil. Creo que vamos a una deriva sin precedentes en los últimas décadas, el crack de 1929 va a parecer una chiquillada frente a lo que tenemos encima. Y salvo tímidos repuntes del 15M, la ciudadanía se muestra conformista y apática (eso sí, los gritos de ¡¡¡gooooool!!! cuando marca la roja se oyen por todas partes). Cierto es que ha habido una gran movilización en la huelga general del 29 de marzo y sucesivas manifestaciones al respecto, pero el no conseguir los objetivos a la primera no nos debe hacer bajar la guardia, ni perder la esperanza ni desmovilizarnos. Es el momento de poner en práctica eso de que «la unión hace la fuerza».

Y por si no tuviéramos poco con la guerra económica, dentro de nada nos enzarzaremos en otra guerra ideológica frente a este gobierno impresentable. Además del desmantelamiento de los servicios públicos, nos vamos a enfrentar con el desmantelamiento de los derechos que tanto nos ha costado conquistar: los derechos sexuales y reproductivos. Pero esto será objeto de otro post. Ahora será cuestión de resistir, de pertrecharse de «armamento» ideológico, de valores, de alternativas, de otra forma de entender el mundo y empoderarnos lo suficiente para que quienes gestionan nuestro futuro, con escaso éxito hasta ahora, dejen paso a savia nueva que ponga la ética y el bien común por encima de los intereses individuales.

La crisis de los ricos, la crisis del sistema patriarcal, capitalista y neoliberal tenemos que dejar de pagarla las/os pobres. No es tolerable que los banqueros sigan despidiéndose de sus desaguisados con indemnizaciones millonarias, no es tolerable que cargos públicos hagan un uso ilegítimo del dinero y los recursos públicos cuando se llenan la boca pidiéndonos cada vez más esfuerzos de austeridad al resto, mientras el alojamiento en hoteles de 4 y 5 estrellas, los coches oficiales y las prebendas de todo tipo siguen siendo el pan de cada día. No, no es tolerable, es indecente e inmoral. Frente a esto hay que crear espacios de conciencia colectiva, hay que hablar con la gente de lo que está pasando, desde todos los espacios, desde las escuelas, desde los centros de salud, desde los servicios sociales, desde las asociaciones vecinales,… hay que despertar del letargo. Porque, queridas mías y queridos míos, recordad que estamos en guerra… y esto no es ningún juego.

Mis «amigas», las feministas con pedigrí

El texto que sigue a continuación fue escrito el 2 de abril, reconozco que en un momento de bastante cabreo. No pensaba publicarlo, pero qué diablos!, no voy a condicionar mi propia «creatividad». Desde la Asociación Contramarea que tengo la dicha y el honor de presidir, trasladamos nuestro malestar por lo que van a leer a continuación al Consejero de Igualdad del Cabildo Insular de Tenerife (eso sí, de forma más fina y más técnica). Hoy nos llegó la respuesta en el estilo ese, políticamente correcto, de: estudiaremos su solicitud pero igual no podemos hacer mucho al respecto, así que, como lo poco que nos queda es el «derecho al pataleo», en estos días de aniversario de indignaciones varias, yo voy a sumar una más. Que la disfruten!:

 

Hace años, muchos años, creía que ser feminista era lo mejor que le podía pasar a una en la vida; tomar conciencia de las desigualdades entre mujeres y hombres y luchar para erradicarlas se me antojaba el mejor quehacer del mundo, una labor que intentaba impregnara cualquier ámbito en el que desarrollaba mi trabajo. Una labor que hacía, y hago, porque me lo creo, porque lo siento y porque me sale de las entrañas, además de tener formación especializada, y mucha, para ello.

Sin embargo, el pasado 2 de abril descubrí en el Boletín Oficial de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife que para que consideren a una persona “experta” en género e igualdad de oportunidades tiene que formar parte de una “lista”, que el Cabildo Insular ya se encargará de acreditar su “expertía” si cumple con sus requisitos, los suyos, claro. Yo siempre pensé que quien acreditaba la formación era la Universidad y luego, el reciclaje profesional se acreditaba con un currículum más o menos amplio, que podía ser engrosado por una multiplicidad de cursos, jornadas, congresos, seminarios,… impartidos por entidades públicas o privadas que tuvieran personal cualificado con algo interesante que decir en materias concretas.

También pensaba que las listas se hacían por varios motivos, entre otros: para acceder a un concurso-oposición (no es el caso), para etiquetar a personas indeseables (“listas negras”), o para etiquetar a gente “deseable”, para decir: esta es de mi cuerda y la que no esté en la lista, no, quienes no estén en la lista son las/os parias del sistema. El Cabildo de Tenerife parece haber optado por esta última opción, y cual lista de Schindler en la Alemania nazi, ha decidido crear su propia “lista”. El problema es que la de Schindler salvó vidas y esta no parece que vaya a salvar a nadie, bueno, sí, salvará a las/os que entren en la lista, el resto sucumbirá a la “inexpertía”.

Entiendo que el “loable” motivo que inspira la, llamémosla, “lista violeta”, es garantizar la calidad de las intervenciones en materia de igualdad. Y una, que para algunas cosas es un poco torpe (especialmente para entender como justos y ponderados los criterios del Cabildo), se pregunta, ¿garantizará la calidad de una intervención una persona que tenga 240 horas de formación en materia de género pero no tenga titulación universitaria ni sepa cómo intervenir con grupos ni se haya puesto delante de ninguno para dar siquiera una triste charla? Porque un pequeño detalle que no consta en las bases del Cabildo es la titulación universitaria requerida. Da igual que seas ingeniera, geógrafa, bióloga molecular o mecánica, si tienes formación en género; todo el mundo sabe que las historiadoras aprenden mucho de dinámica de grupos en su carrera, que las ingenieras industriales son expertísimas en estilos de comunicación, asertividad,… ¿Quién se dejaría practicar una intervención quirúrgica a corazón abierto por alguien que no sea profesional de la cirugía cardiovascular? Pues aquí parece que para trabajar en igualdad hay que ser de profesión “feminista”, da igual el resto de formación que tengas.

Otro punto gracioso en los criterios es el número de horas que se piden: 240, ni una más ni una menos, bueno, más sí, menos como que no cuela. Y es curioso que el Cabildo Insular que quiere ofrecer una base de datos de personas cualificadas no tenga en cuenta los criterios de la Federación Estatal de Asociaciones Profesionales de Agentes de Igualdad de Oportunidades (FEPAIO) que ha consensuado que las horas mínimas para acreditarse como Agente de Igualdad sean 275 horas. Ah! pero claro, qué despiste, el Cabildo no pretende crear una base de Agentes, pretende crear una “base de Expertas/os” (que como todo el mundo sabe es una nueva profesión con futuro). El problema es que el único Curso Superior en Género e Igualdad de Oportunidades de 240 horas lo impartió el Cabildo hace ¡¡¡8 años!!! Ah, se siente, si no lo hiciste te fastidias, siempre podrás pagar la “friolera” que cuesta un Máster Universitario, ah! que no tienes dinero para un Máster, pues te jodes y empiezas a contar horas en “cursos”, (sic) realizados por organismos oficiales (no valen Congresos, Jornadas, Encuentros, Seminarios,… ni vale que los hayan organizado las “parias” de una Asociación feminista – que ya se sabe que de “oficiales” tenemos poco), ah! que no llegas tampoco a las 240 horas, oh!, no puedes entrar en la “lista violeta”. Y ¡ojito! que la formación tiene que ser fundamentalmente presencial, que si es online, “ésta no podrá ser superior al 30% del cómputo total” (sic). Que te has matado haciendo formación online porque tienes que conciliar vida personal, familiar y laboral, ah! se siente, el Cabildo de Tenerife cree que la formación online no tiene “pedigrí” feminista suficiente. No sé qué opinará la UNED o la Fundación Isonomía (por poner un ejemplo) al respecto, pero les preguntaré. El Cabildo se carga de un plumazo la libertad de elección de las personas para decidir cómo formarse, con qué entidad formarse y cuándo formarse. Tampoco diferencian entre la formación a distancia, online, semipresencial,… esos pequeños matices se los saltan las bases… la única formación desestimable es la online.

Sin embargo, no deja de resultar curioso que las Administraciones Públicas estén apostando por la formación online para su personal (ej. la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias) y que otra Administración Pública le reste validez a este tipo de formación. ¿Será una manera de excluir a quienes opten por formarse de otra manera? Ains! qué mal pensada soy…  bueno, hay un refrán que dice, piensa mal y acertarás.

Bueno, tranquilidad, que si no tienes formación, no importa, si puedes acreditar dos años de experiencia laboral en temas de igualdad, tu acceso a la lista está garantizado (eso sí, si presentas prácticamente hasta el color de las bragas de quien te ha contratado – ampliar la información en las bases –). Si eres autónoma o tienes mil horas de voluntaria que no puedes acreditar, ah! se siente, tampoco estarás en “la lista” (¡qué paradoja!, el propio Cabildo promueve voluntariado en violencia de género, a ver cómo se lo acreditan a quienes lo hagan). Que no tienes formación, ni has trabajado en esto, no desesperes, que si impartes docencia, investigas o publicas en estos temas, lo tienes fácil (huy!, me olvidaba que eso es para una pequeña élite vinculada a los Institutos de Estudios de las Mujeres y/o Departamentos Universitarios varios). Y cuidado con impartir otras materias que no sean específicas sobre igualdad incorporando transversalmente la perspectiva de género, que igual ya no cuela. En resumen, que no sé por qué extraña razón, algunas pensamos que la “lista violeta” ya ha nacido con nombre y apellidos propios y que la Administración está practicando un feminismo de la exclusión muy peculiar.

Frente a estas bases, no deja de resultar paradójico que el propio Cabildo Insular utilice a personas sin formación universitaria y con bastantes menos horas de 240 en formación en igualdad para formar a su personal técnico en violencia de género. ¡Qué gracia!, ¿no? Resulta que sin haber pasado por la Universidad, sin 240 horas de formación en igualdad se imparte formación a técnicas que llevan años currando estos temas. A lo mejor es que el formador del que hablo es hombre y está más legitimado, y que las que tenemos formación pero somos mujeres, y disidentes del “pensamiento único”, somos unas mindundis excluidas.

Así pues, quien esté en la “lista violeta” será guay, será la leche, la hostia en verso, y quienes no estén, unas/os totufas/os del género a quienes el sacrosanto Cabildo no acreditará ninguna expertía. Independientemente del ataque frontal que suponen estas bases a la libertad y a la equidad, y de las medidas que se puedan adoptar desde determinadas organizaciones al respecto, esta que está aquí ya avisa que no va a formar parte de ninguna lista. ¡Y a ver quién tiene bemoles de cuestionar mis conocimientos (adjunto currículum por si alguien tiene ganas de contar horas, yo no tengo tiempo).

Será que la crisis cada vez deja menos hueco de mercado y algunas avispadas han pensado en dar un par de culazos pa’colocarse en mejor posición de salida, oiga, no vaya a ser que vayan a llamar a alguien para dar una charla a un grupo de mujeres, pongamos en Santiago del Teide, por ejemplo, y vaya a acudir una advenediza que tenga menos de 240 horas de formación en género. Conozco un número muy significativo de mujeres que jamás podrán acreditar nada de lo que se pide en las bases, y cuya experiencia vital y visión feminista de la vida le daría diez mil vueltas a cualquier cría recién salida de la Universidad con su Máster bajo el brazo, pero sin ninguna habilidad para enfrentarse a grupos de mujeres, de jóvenes o de niñas y niños. Conozco mujeres que en horas de lectura de textos feministas les darían otras diez mil vueltas a toda la comisión completa que vaya a acreditar a la “lista violeta”. Conozco mujeres, en definitiva, muy sabias que nunca van a formar parte de esa lista. Unas porque haremos insumisión a la lista, como una servidora, otras porque el “gueto” feminista se ha encargado de impedírselo.

Cuando se publicaron las bases coincidí con la presidenta de una Asociación de Mujeres (cuyo nombre no daré para que no la estigmaticen por dirigirme la palabra) y le comenté si sabía algo de la lista, me respondió que mejor se dedicaran a hacer otras cosas más útiles y a dejar de perder el tiempo, algo con lo que coincido plenamente. Y es que resulta que desde que el feminismo se ha institucionalizado se ha perdido el contacto con la realidad. La burocracia nos devora y hasta para asistir a una charla de dos horas tienes que presentar una instancia en el Cabildo (eso sí, no vale por vía telemática, que ya sabemos que lo online gusta poco en el área de igualdad del Cabildo), que para ir a un curso de formación en género tienes que acreditar previamente formación en género (¡sí! en serio, no vayamos a formar a gente sin formación previa, no les vaya a gustar esto del género y tengamos más competencia).

No es normal que las áreas de igualdad de los Ayuntamientos tengan personal técnico mano sobre mano “porque no tengo recursos”, no es normal que se llame al área de igualdad de un municipio preguntando si están funcionando grupos de mujeres, talleres o algo que puedan hacer las mujeres del municipio y te digan que no hay nada, entonces ¿qué diablos se está haciendo por la igualdad? No es normal que se haga feminismo de 8:00 a 15:00 horas, que no se esté trabajando en la calle, que no se dinamicen los grupos de mujeres, que no se fomente el trabajo comunitario por la igualdad, no, no es normal. Y además de no ser normal, no es ético, no es ético que se gasten millones en pagarle a “expertas” planes de igualdad que no se ejecutan porque el dinero que tenemos nos lo gastamos en diagnosticar y planificar y ya no nos queda para ejecutar. No es profesional que los recursos humanos se escuden en la falta de medios, cuando un recurso humano bien preparado puede hacer virguerías en igualdad, que para hacer grupos sólo hacen falta personas y espacios, y hay muchos centros vacíos y muchas plazas sin okupar. No, no es normal, ni ético, pero además es muy triste. Es muy triste que las/os profesionales hayan dejado de “hacer la calle” para encerrarse en los despachos y las Administraciones Públicas se gasten los dineros en subcontratar servicios que podría hacer el personal técnico propio. Pero ya no vemos a la gente, no escuchamos sus demandas, sus necesidades, sus anhelos, sólo vemos papeles y nos olvidamos que tras los muros de nuestros despachos está la realidad. Y la realidad no entiende de “formación en género”, la realidad demanda empleo, medidas para conciliar la vida personal, familiar y laboral (eso sí, ¡que no sean online!, por favor!!! – léase con sentido irónico –), espacios de encuentro donde no se juzgue cuán feminista eres; demanda escuelas infantiles, acceso a puestos de poder, recursos para atender a la dependencia, políticas sanitarias que incluyan las necesidades de las mujeres, recursos para superar la violencia de género,… demanda, en definitiva, respuestas acordes con lo que se vive más allá de las puertas de un despacho.

De mi militancia feminista he aprendido muchas cosas, pero la principal es que el conocimiento se construye entre todas, pero todas, todas, todas. Que nadie puede arrogarse el derecho de sacar un “feministómetro” para decir que alguien vale si tiene 240 horas de formación, pero no vale si tiene 190. Y que el “pedigrí” feminista se mide de otras muchas formas que contabilizando horas de cursos y que la formación y la experiencia se alcanzan dándole oportunidades a la gente, no restándoselas.

Dentro de unos cuantos meses se cumplirá mi segundo mandato al frente de una Asociación feminista, “Contramarea”, y pasaré el testigo a compañeras más jóvenes que probablemente no alcancen 240 horas de formación (en “cursos”), pero que sí puedo garantizar que son feministas, expertas en género e igualdad y que no necesitan ninguna lista que las acredite.

Así que si alguien quiere llamarnos para trabajar por la igualdad, aunque no estemos en la lista del Cabildo, puede contar con nosotras (incluso, para según qué cosas, hasta gratis, ya lo hemos hecho, a ver cuántas “expertas” pueden decir lo mismo). Por nuestra parte, nosotras también seguiremos contando con todas, aunque no formen parte de “la lista”.

 

Demagogia fascista

Cuando la apisonadora del PP haya aplastado durante los próximos años nuestro país y nuestros derechos, se hará realidad, pero en sentido inverso, aquella histórica frase de Alfonso Guerra que decía «a España no la va a conocer ni la madre que la parió». Desmantelar el Estado de Bienestar que tanto ha costado construir les está resultando muy fácil, terriblemente fácil. Volver a construirlo puede no ser rápido ni sencillo.

El 19 de abril, el Presidente del Gobierno tenía la desfachatez de pedirle a la ciudadanía un esfuerzo más «porque no hay dinero para servicios públicos«, sin embargo, el PP ha tenido (y sigue teniendo) dinero para aeropuertos sin aviones, para banderas gigantes de España, competiciones de regatas, parques temáticos o jardines aéreos. No sabría cómo calificar esto: ¿indecente, inmoral, impresentable,… fascista? Mientras el PP se llena la boca pidiéndonos esfuerzos a la clase trabajadora, por detrás despilfarra el dinero que nos roba de nuestro trabajo, de nuestras pensiones o de nuestros impuestos. Y estoy harta. Estoy rabiosa, estoy indignada y estoy desencantada. Indignada porque le están metiendo mano a todo, no están dejando títere con cabeza: la educación, la sanidad, la radiotelevisión pública (vuelve el NODO!!!), los derechos laborales,… Y lo próximo: los derechos de las mujeres y de la población LGTB (Ley de Salud Sexual y Reproductiva, leyes de igualdad y contra la violencia de género, ley de matrimonio igualitario,..). Mientras el PP protege el derecho de los no nacidos, a quienes estamos vivos que nos den morcillas!, bueno, ni eso, que con los recortes ni pa’ comida vamos a tener. Desencantada porque la ciudadanía parece que se lo está tomando con bastante parsimonia, todavía no se ha okupado la Puerta del Sol como hace unos cuantos meses (¡curioso!, no?), a los sindicatos no se les oye desde la huelga general y la derecha campa a sus anchas por encima de nuestra dignidad, nuestros derechos y nuestros salarios.

Con los futuros recortes en educación vamos a crear la generación de «totufos/as» 2.0 más «avanzada» de Europa, si no del mundo, futuros candidatos y candidatas a «Gran Hermano» edición 200, que eso sí, recortar, recortamos, pero a la panda de impresentables que llena nuestras pantallas y que se embolsa cuantiosas sumas por soltar barrabasadas y machistadas un día sí y otro también, les seguimos creando audiencia, y no nos planteamos que contribuyan al maltrecho Estado de Bienestar con generosas donaciones.

Tampoco se plantea el Gobierno demasiadas medidas para reducir el fraude fiscal, la economía sumergida, las cuentas en Suiza y todas esas «menudencias» que reportarían a las arcas públicas sustanciosos ingresos sin tener que tocar nuestros bolsillos. Tampoco el Gobierno va a tocar a la intocable cúpula de la iglesia católica. Sólo con que la sacrosanta institución que ahora influye en las políticas gubernamentales pagara el IBI, igual las y los pensionistas podrían seguir accediendo libre y gratuitamente a sus medicamentos. Pero ya sabemos por dónde van las prioridades políticas de quienes nos gobiernan.

Y es que esto, queridas niñas y queridos niños (que diría Wyoming), es un tema ideológico. Profundamente ideológico: la derecha siempre se ha aliado con los mercados y con la jerarquía católica, y el bienestar de la ciudadanía le ha importado tres pimientos. Sólo importa el bienestar de los suyos (banqueros, políticos y cardenales y obispos varios), mientras el malestar de los/as demás crece de manera directamente proporcional a sus desmanes.

La última gota que sigue llenando el vaso es la nueva reducción salarial del personal público (en Canarias, se supone que a consecuencia de los recortes estatales). Hoy me decía una amiga que trabaja en el mismo sistema que yo, el educativo público, ese que están desmantelando a pasos agigantados, que ya no sabía qué tenía que cobrar con tanto recorte, que ya había perdido el norte sobre cuál debería ser su salario en estos momentos sin congelaciones ni recortes. Yo voy a empezar a perder el norte también. A este paso me veo cual Michael Douglas en «Un día de furia» o cual Froilán en un día de caza, con una escopeta y empezando a pegar tiros a diestro y siniestro.

Porque es frustrante; es frustrante tener dos carreras universitarias, dos máster, un programa de doctorado, miles de horas de formación continua y cobrar lo mismo que una recepcionista de un hotel (con todos mis respetos para la recepcionista y sin querer decir que su salario deba disminuir), pero un puntito de mayor equilibrio debería haber, digo yo. Porque, ¿debido a qué extraña razón un asesor o una asesora de un político de turno puede cobrar en torno a 5.000 €/mes y esta que está aquí (que puedo asegurar que sé más que muchos/as asesores/as) cobraría 1.500 € con el nuevo recorte?

Tal vez deberíamos plantearnos la funcionalidad / utilidad de determinado personal de la Administración Pública. Porque digo yo, si hay personal técnico, ¿para qué se necesitan asesores/as? ¿Es que el personal técnico no sabe? Pues que se forme, y si no, a la puñetera calle y se contrata a gente cualificada (que hay mucho paro), lo que no puede ser es que por encima de una técnica o un técnico de base, exista una caterva de mandos intermedios y asesores/as hasta llegar a quien toma las decisiones políticas. Quizás ahí se está despilfarrando mucho dinero público que se podría reconducir de otra manera: manteniendo un salario digno para el personal que nos educa, para el personal que cuida nuestra salud,… Porque sinceramente, no lo entiendo, no entiendo que una maestra pueda llegar a cobrar al paso que vamos 1.600 € y un político cobre 6.000 €, hay un «pequeño» desfase, ¿no? Tal vez sería más equilibrado que la maestra cobrara 2.500 € y el político 3.000 € (por ese plus de toma de decisiones, aunque invitaría a unos cuantos a estar un día en un aula y analizar dónde se toman decisiones más importantes).

No sé, como cuando escribo en este blog lo hago de forma visceral, igual si me sereno veo las cosas de otra forma, pero últimamente serenarse es difícil; cada vez que abro la prensa, me encuentro con una noticia poco tranquilizante. Ante el nuevo recorte que se plantea el Gobierno de Canarias, Intersindical ha hecho una propuesta bastante interesante (si hubieran hecho un uso no sexista del lenguaje ya sería la leche!!!).

En fin, seguiremos resistiendo los embates de las fuerzas del mal (leáse PP), y luego decían que Zapatero tenía la culpa de todo. Ainssss.

Pacto entre «caballeros»

Hace unos cuantos siglos, las mujeres no éramos ciudadanas, no teníamos derechos ni estábamos en «lo público». Las mujeres no éramos agentes de pacto, los pactos los hacían ellos, los hombres, los que decidían cómo se sentaban las bases de la convivencia, qué era delito y qué no, cómo se repartía la riqueza, el trabajo, el poder… El lema de la revolución francesa «Libertad, igualdad y fraternidad» (frater = hermano; en masculino para más señas) no nos incluía.

Y eso deben seguir pensando algunos en Arico (municipio del sur de Tenerife) tres siglos después. En esta última legislatura, accedió a la Alcaldía una mujer, Olivia Delgado Oval (PSOE), joven, preparada y con ganas de introducir cambios en un municipio que hasta ahora había sido gobernado durante más de 20 años por la misma persona. Pues bien, el pasado 6 de abril, la citada Alcaldesa cesa cautelarmente a un concejal de su Ayuntamiento, Jesús Montañez del CCN, al haber sido acusado de malos tratos. La Alcaldesa aludió a la pérdida de confianza dado que no se la informó de la acusación que pesaba sobre él por un presunto delito de violencia de género. Tres días después, el 9 de abril, los «caballeros» de dos formaciones políticas, la del concejal cesado (CCN) y la del ex-alcalde «cuasi-vitalicio» (CC) presentan una moción de censura contra ella. ¡Qué curioso! ¿no?

El «premio» que ha obtenido la Alcaldesa por una decisión coherente con sus principios y coherente con lo que éticamente corresponde frente a la imputación por un delito de malos tratos, ha sido exponerse a la más que probable pérdida de su cargo. Ojalá hubieran más Olivias, ojalá las y los responsables públicos tuvieran la valentía que ha tenido esta mujer para trasladar a la sociedad el mensaje de que frente a la violencia de género no podemos permanecer impasibles. Le ha costado cara la coherencia, pero creo que la dignidad y los principios son más importantes que un cargo.

Nos podríamos preguntar si la respuesta hubiera sido la misma si hubiera sido un Alcalde en lugar de una Alcaldesa, pero lo que ha quedado de manifiesto en este caso es que los pactos «fraternales» están por encima de los Derechos Humanos.

Por cierto, el concejal acusado, que también dirige un colegio público en el municipio, ha sido absuelto. Pero qué quieren que les diga, con un testigo «amnésico» repentinamente y una mujer que se negó a declarar me resulta demasiado sospechoso… Casos como este hay miles: la ocultación de la violencia, el miedo y la anulación de las mujeres frente al poder del agresor es algo demasiado común para quienes conocemos los mecanismos implicados en las situaciones de malos tratos.

La moción de censura se abordará el día 20 de abril en el Pleno, hasta entonces todo mi apoyo y ánimo a la Alcaldesa. Repito, ojalá tuviéramos más ejemplos como el suyo en política. Frente a las impunidades y corrupciones varias que nos rodean, su actuación es una bocanada de esperanza.

Good bye Estado del Bienestar!!!

Mientras en España se recorta la Sanidad y la Educación, mientras los Servicios Sociales vuelven poco menos que al asistencialismo de la época franquista, mientras los derechos de las mujeres son conculcados a diario (y a partir del destrozo que harán a la Ley de Salud Sexual y Reproductiva lo serán aún más), mientras los ricos y defraudadores a Hacienda disfrutan de amnistías fiscales y las clases medias pagamos sus desaguisados, mientras el obispo de Alcalá de Henares envía a homosexuales al infierno, mientras…  el presidente huye por la puerta de atrás, y no, no ha sido el presidente del Madrid o del Barça el que huye, ha sido el todos los españoles y españolas, mal que nos pese a muchas aguantar a semejante incompetente que no votamos. Parece que todavía los recortes no bastan para calmar a los carnívoros mercados, parece que perder derechos no es suficiente, parece que perder la vida tampoco sacia su codicia, y mientras permanecemos impasibles…

Bueno, no, estoy siendo injusta. No estamos impasibles. Mientras, media España está pendiente del pie de Froilán, que ya se sabe que es mucho más importante que estar pendiente de los derechos que vamos perdiendo. Eso sí, el tiro en el pie de la criatura ya ha desatado la creatividad, y los chistes y comentarios que corren por las redes sociales empiezan a ser muy hilarantes, a falta de pan que no nos falte el sentido del humor. (Y por cierto, ¿no hay ninguna colega con un par de ovarios que le inicie un expediente de riesgo al menor? Por menos se han declarado desamparos, pero ya se sabe, siempre ha habido clases… eso nos lo recuerda el «des-Gobierno» y los mercados a diario).

Retiro lo de la colega con un par… que tal y como está el mercado de trabajo no es cuestión de jugársela, por muchas ganas que nos entren.

8 de marzo recortado

En este 8 de marzo polémico por los recortes y polémico por comentarios en Facebook sobre si hoy es un día rosa o violeta, creo que debemos superar lo que nos separa y aglutinarnos en torno a un objetivo común: no permitir ni un paso atrás en los derechos conquistados. Ante el retroceso que se avecina en nuestros derechos sexuales y reproductivos, ante la ya terrorífica reforma laboral, ante el freno a las políticas de igualdad,… el 8 de marzo debe servir para unirnos en la defensa de la libertad, de la igualdad, del derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida, de los derechos laborales,…

El 8 de marzo es el día que recuerda las desigualdades que sufrimos por ser mujeres, y a la desigualdad de género se le van sumando otras desigualdades, por eso a la marea violeta se han de sumar otras «mareas»: verdes, naranjas, rosas,… Y la marea violeta se ha de sumar a otras mareas. Porque el 8 de marzo es de TODAS y para TODAS, para las lesbianas, para las discapacitadas, para las negras, para las blancas, para las musulmanas, para las cristianas, para las indígenas, para las mujeres con cáncer (pues sí, ¿por qué no puede ser un día rosa también?: esto va por la polémica de Facebook), para las militantes, para las no militantes,… para las FEMINISTAS y para las no feministas. Para todas las que luchan con conciencia de género y para las que no han tomado conciencia e igual nunca la tomen,…

En este 8 de marzo y en los próximos que se avecinan nos enfrentaremos a una avalancha de despropósitos y demagogias: sobre la violencia de género, sobre el aborto, sobre el uso no sexista del lenguaje,… sobre cualquier tema que suponga para las mujeres mayores cotas de igualdad. Por eso debemos esforzarnos en «feministizar» la sociedad, el feminismo no es propiedad de nadie, ni siquiera de las feministas «con pedigrí», o logramos que el feminismo cambie el mundo o al paso que vamos, los mercados y los estados patriarcales destrozarán lo que tanto esfuerzo nos ha costado conquistar.

¡¡¡FELIZ Y VINDICATIVO 8 DE MARZO!!!

Indignación, vergüenza ajena y MAREA VIOLETA

Hoy es un día de sentimientos encontrados, por un lado, la rabia y la indignación al conocer la sentencia contra Garzón, por otro lado, de expectativa y de ánimo ante la masiva movilización que se está organizando a nivel estatal contra los recortes en políticas de igualdad en nuestro país. Una Marea Violeta frente al recorte de los derechos que tanto nos ha costado conquistar, una movilización para gritar bien alto y fuerte que no queremos un gobierno que impida nuestra capacidad de decidir sobre nuestro cuerpo, un gobierno que incumple las Leyes de Igualdad y Contra la Violencia de Género, gobiernos que juegan con la vida de las mujeres víctimas de violencia al cerrar centros que garantizaban su atención y seguridad,… gobiernos conservadores, patriarcales y neoliberales que, en definitiva, reducen nuestra libertad y nuestros logros a la más mínima expresión.

Por eso el 10 de febrero estaremos en la calle en numerosas ciudades de este país, para decirles que frente al azul fascista, preferimos el violeta feminista. Así que animo a toda la ciudadanía a salir a la calle, a movilizarse y no parar en la denuncia de las injusticias y frente al recorte de derechos y libertades.

Ahora que estamos en el punto de mira mundial por la sentencia de inhabilitación de Garzón, tenemos que demostrar que este país, además de por corruptos y fachas, está habitado por personas que somos de otra manera. Por personas a las que les importa la Justicia, con mayúsculas, no la que practica el Supremo.

Spain is different

A un país que juzga a quien investiga las violaciones de Derechos Humanos que supusieron los crímenes franquistas en lugar de juzgar a quienes los cometieron, le falla algo. Le falla su sentido de la ética, de la justicia universal,… de lo que es decente. Por si España no tuviera bastante publicidad como sitio de «fandango y pandereta», o de sol y playa, ahora es famosa en el mundo entero por juzgar al emblemático juez Garzón, que creo que se le podrá acusar de muchas cosas pero no precisamente de prevaricador. A partir de ahora nos podremos promocionar en Fitur con tours guiados de corrupciones y fascistadas varias, que será lo más destacable que este país podrá ofrecer al mundo al paso que vamos.

Y mientras «Manos Limpias» nos ameniza esta semana, la atención sobre los recortes del gobierno y la futura recesión económica que se avecina pasará más desapercibida al tiempo que los bolsillos de banqueros y otra ralea se siguen llenando y los de la gente honrada y trabajadora se vacían.

Una que no entiende de políticas macroeconómicas se pregunta cómo se puede reactivar una economía y crear empleo, subiendo los impuestos a la población trabajadora = menos dinero para consumir + desempleo al estancarse el consumo. ¿Y realmente alguien se traga que así se va a solucionar la crisis?

El estreno

Con unos 10 millones de votantes (lo que quiere decir que la mayoría de este país no les quiere), PPfilms se complace en presentar su mejor película para los próximos cuatro años «Pesadilla después de Navidad». En el estreno, de ministro de crisis varias, De Guindos, que no, que parece que no se ha caído de ningún guindo, todo lo contrario, se ha caído de Lehman Brothers, sí, sí, esos que provocaron y contribuyeron a la crisis de la que nos «va a sacar» el PP, huy, que no, que ahora vamos a entrar en recesión; bueno, no se preocupen, que eso no afectará al bolsillo de los nuevos actores y actrices. También hemos podido ver en el estreno a nuestra nueva y flamante «superpoderes» Sáenz de Santamaría, ahí, dando ejemplo de que las mujeres, como todo el mundo sabe, somos superwoman. También tenemos al «chachiprogre» de los fachas, Gallardón, portada de la difunta «Zero». ¿Se atreverá desde el Ministerio de Justicia a derogar leyes como la del matrimonio homosexual después de haber sido portada de la revista gay por excelencia del mercado patrio?

El reparto de esta película continúa con un plantel de estrellas próximas a los mercados y a la Iglesia, católica, por supuesto, como debe ser en esta nueva etapa de austeridad y rectitud moral que ahora comienza. Ya está bien de tanto «perroflauta» y de tanto progre izquierdoso, ya está bien de tanta feminista abortista destructora de la familia; es hora de «sumarse al cambio» para hacer de esta España nuestra, una, grande y libre!!!

En estos primeros días de promoción del film, hemos podido ver algunos trailers, el primero protagonizado por Arias Cañete y el segundo por Ana Mato. Cañete, ni corto ni perezoso, hizo gala de la igualdad interiorizada que caracteriza al PP, y en un Foro de Debate en Jaén, afirmó que «a los regadíos hay que manejarlos como a las mujeres, con mucho cuidado, que le pueden perder a uno«. Y es que ya se sabe, las mujeres son la perdición del hombre, de esta tierra, y de todo lo que se les ponga por delante… por eso algunos las matan, pero no son crímenes por violencia de género, violencia machista o violencia patriarcal, NOOOOOO, son «violencia en el entorno familiar«; el segundo trailer de la película nos adelanta la posible modificación de la Ley Integral contra la violencia de género para hacer una ley como Dios manda, que incluya que las mujeres son malas y violentas, y que eso de la desigualdad de género son tontadas y paparruchas inventadas por las perversas feministas para poner en entredicho los santos preceptos vaticanos, neoliberales y conservadores que tanta gloria han dado a este país en épocas no tan lejanas.

Y es que no sé cómo hemos podido vivir tanto tiempo en esta perdición de la izquierda. Gracias Rajoy por ese gobierno no paritario (y es que donde se ponga el mérito y el esfuerzo que se quiten las mujeres y las cuotas), gracias Rajoy por conducirnos por el imperio hacia Dios, por devolvernos la sana costumbre que hará que la familia que rece unida permanecerá unida. ¡Qué ciega he estado tanto tiempo!

¡Arriba España!

¡Que disfruten de la película…!  que alcanzará tanto «éxito» que durará, como poco, cuatro años… si Dios quiere, (a ver si nos vamos acostumbrando a acabar las frases como Dios manda).

En estado de shock

Así es como estoy aún después del resultado de las elecciones, por eso (y por otras razones) he tenido «abandonaíto» el blog. La marea azul me ha hundido en una profunda crisis, paralela a la del PSOE, sólo espero que el PSOE se recupere más pronto que yo, que tardaré al menos cuatro años en superar el shock. A los resultados electorales se le han ido sumando «agradables» noticias que han ido jalonando estos días de más angustia y zozobra: el resurgimiento del franquismo, el culebrón del pelotazo de Las Teresitas (esto para quien resida fuera de Tenerife es difícil de resumir en pocas líneas, pero como el caso Urdangarín o el Gürtel son sobradamente conocidos más allá de nuestras fronteras, a ellos remito por la similitud de las tramas, resumiendo: corrupción a mansalva y muy poquita vergüenza con «lo público», que es de todas y todos, cosa que se olvida fácilmente), la violencia de género que no cesa (pese a recordar el 25 de noviembre que siguen siendo necesarios recursos y razones para erradicarla), el intento de asesinato de Norma Andrade o la mujer cuya hija pedía que curaran a su mamá muerta, son sólo algunas de las «buenas» noticias que nos ha dejado este período pre-navideño. Todo ello aderezado, eso sí, con la sempiterna crisis, que no falta tampoco para estas navidades.

Y mientras hay quien se pregunta si el rey dará el mensaje navideño con gafas de sol (preguntas, por supuesto, de gran trascendencia vital), algunas pensamos los deseos para pedir a las reinas magas para el próximo 2012, pero eso, creo que será objeto de otro post.

De momento, me seguiré preguntando por qué en un país mayoritariamente progresista ha triunfado la derecha con una aplastante mayoría. Y terminaré de leer «Las mil frases más feroces de la derecha de la caverna» de José Mª Izquierdo, para hacerme una idea de lo que se nos avecina. De momento, un adelanto:

«Nos habían parecido hijas de una imaginación calenturienta aquellas descripciones de los aquelarres que hallamos en las crónicas medievales, donde las brujas perpetran sacrificios de niños y se enardecen embadurnándose con su sangre, hasta alcanzar un éxtasis demoníaco. Ahora,  a la vista de ese barco abortista que ha atracado en Valencia (16 octubre 2008), comprobamos que aquellos cronistas no exageraban: las brujas, en efecto, existen, y celebran aquelarres, y sacrifican niños, y se embadurnan gozosamente con su sangre, para hacerse dignas ante los ojos de su dueño. Las hemos visto recibir al barco abortista con cánticos, como si estuvieran exultantes de júbilo; y vaya si lo estaban: pues nada regocija tanto a los siervos del demonio como comprobar que su dueño se enseñorea del mundo».

Juan Manuel de Prada, ABC, 18-10-2008

Pues lo dicho, ya lo saben, somos brujas!!! Gracias que de Prada, nos lo ha descubierto. Y de postre, otra «perla»:

«El camino de la igualdad por decreto ha llevado a las mujeres a lugares absurdos, algunos tan extremos como la guerra, donde son violadas por sus propios compañeros (en caso de peligro de muerte, el hombre, por lógica evolutiva, tiende a la violación como estrategia reproductiva inconsciente)».

Alberto Gómez, Libertad Digital, 09-03-2011

Pues otra cosa que aprendemos, queridas niñas y queridos niños (que diría Wyoming), el hombre viola por lógica evolutiva y cuando está en peligro de muerte. Así que, malas mujeres, no pongáis al hombre en peligro de muerte si no queréis ser violadas. Gómez dixit. No voy a publicitar las burradas misóginas de Sostres u otro tipo de especímenes machistas, pero el libro de Izquierdo, si tienen estómago suficiente, es muy recomendable.