El pasado puente del 1 de noviembre me escapé a un hotel de 4 estrellas en el norte de la isla de desconexión y relax. Una tarde, tumbada en una hamaca leyendo, aparecen dos treintañeros con sus respectivas novias / parejas o lo que fueran, y se aposentan en las escaleras de entrada a la piscina bloqueando el acceso, salvo que les pidieras permiso o saltaras por encima. No éramos más de 20 personas en esa zona, la mayoría “guiris”; no sé si los cuatro “jinetes del Apocalipsis” dieron por hecho que nadie entendía español, pero allá que empezaron a vociferar contando sus hazañas carcelarias, porque sí, uno de ellos había estado en prisión (un primo suyo seguía dentro por pertenencia a banda organizada y no sé cuántos delitos), contando cómo tenían un colega Guardia Civil que les informaba del estado de sus antecedentes penales, cómo el sistema era una mierda porque mira tú, para lo que habían hecho y les cae una condena así, cómo la ley de violencia de género era otra mierda porque una mujer (a la que hacían referencia) fingía sus crisis de ansiedad, y claro, los hombres siempre eran los culpables y menuda injusticia… Y así media tarde. Como mi objetivo era el relax, tuve que moverme al otro extremo de la piscina para evitar oírles, pero reflexionaba internamente cómo tenía que ser yo la que se alejara mientras ellos disfrutaban alegremente y a voz en grito de sus cuitas penales sin cortarse un pelo y sin aparentar estar avergonzados. Y ellas allí, muy sonrientes, escuchando a sus machis sin abrir la boca. Uno de ellos llevaba una pulsera de España en la muñeca… Estos son los patriotas, este es el perfil de una buena parte de votantes de la ultraderecha: maltratadores, delincuentes.
Este hecho puede dar lugar a muchas reflexiones (sólo haré algunas para no alargarme demasiado):
1) El patriarcado sigue siendo tan potente que hace que estos tipos puedan permitirse el lujo de alardear de haber estado en prisión sin ningún pudor y que las que no tenemos antecedentes penales seamos las que nos movemos de nuestro sitio para evitarlos. Y no es que no crea en la reinserción, nada de eso, el problema es que aquí ni había asunción del daño causado, ni parecía haberse hecho un profundo trabajo en la construcción de su masculinidad hegemónica ni hablaban con respeto de las mujeres ni nada por el estilo. Conclusión:
2) Algo tenemos que cambiar en nuestras políticas de prevención y lucha contra la violencia machista para que comentarios como los que estaban haciendo no sean asentidos con complacencia por dos mujeres (no voy a poner todo pero escuché mucho más de lo mencionado). Mientras este perfil de hombres siga construyendo relaciones afectivo-sexuales seguirá habiendo violencia. Si tuviera capacidad de videncia pronosticaría que esas dos mujeres jóvenes tienen una alta probabilidad de acabar en la Red especializada de atención a la violencia de género.
3) Llevar una pulsera de España en la muñeca no te hace amar más a España o ser más patriota. Quien ama a su país no comete delitos en él, no esquilma y saquea su patrimonio, quien ama a su país no daña a la población que lo habita (sea de donde sea), quien ama a su país defiende la calidad de sus servicios públicos, los derechos sociales, la igualdad, la justicia social, la convivencia y el diálogo entre sus ciudadanas/os. Quien ama a su país reconoce a quienes han luchado por sus libertades y su democracia y que todavía no descansan en paz porque siguen en cunetas sin identificar. Amar un país significa formarse en él, contribuir a su crecimiento, respetar sus diversidades, defender sus Servicios Sociales, su Sanidad, su Educación, su Investigación Científica, su Cultura,… Por eso, quien ame a España no puede permitir que gobiernen formaciones que pretenden destruirla.
Mañana, 10 de noviembre de 2019, muchos/as que se denominan patriotas irán a votar pero todo eso mencionado y mucho más está en juego si formaciones conservadoras y ultraconservadoras (fascistas) logran una mayoría absoluta. Soy consciente del profundo desencanto que nos embarga a quienes creemos que otro mundo posible solo puede venir de la mano de planteamientos progresistas y de izquierdas, pero si nos quedamos desencantados/as todo aquello que nos ha costado tanto construir se perderá para siempre.
Ser patriota y amar a España es ir a votar mañana para que el lunes 11 no tengamos que lamentar la destrucción del Estado de Bienestar y de todo eso que ha hecho a nuestro país referente y modelo a nivel internacional (Ley de matrimonio igualitario, leyes de igualdad y contra la violencia machista, sistema público de atención a la dependencia,…) Y sí, ya sé que funciona mal, que hay que mejorar muchas cosas, pero prefiero que sea mejorable a que deje de funcionar. Así que por favor, votad, votad como auténticas/os patriotas, que no se arrogue una minoría (porque siguen siendo minoría) la defensa mal entendida de un país diverso y plurinacional.
Genial. Con tu permiso lo conparto. Gracias
Gracias! Me alegro que te haya gustado, comparte, de eso se trata! Un abrazo!
Excelente relato, mas claro imposible, un abrazo.
Muchísimas gracias! Me alegro que te haya gustado! Otro abrazo!