Este podría ser el título de una nueva web después de la última reforma de Zapatero, pero no, no me voy a animar a hacerla. La noticia del 20 de octubre con la supresión del Ministerio de Igualdad aún me tiene en estado de «shock» (bueno, estoy en shock por más motivos que no voy a contar aquí). Después de debatir largo y tendido con feministas allegadas he llegado a pocas conclusiones, pero voy a intentar ordenar mis ideas.
Conclusión 1: «los ultracentristas del TDT party» (que dirían en El Intermedio) se están poniendo las botas. Y aunque la prensa progre siga afirmando que «La igualdad no da igual», lo que ha conseguido esta última remodelación ministerial es que en el discurso de la calle se piense que era una «tontería superflua» fruto del marketing de Zapatero.
Conclusión 2: Las feministas hemos sido poco didácticas para lograr un mayor calado social del feminismo y que la actual supresión de este Ministerio sea un clamor popular en su contra y no tímidas manifestaciones de las de siempre. Parece que todavía nos queda mucho por avanzar para llegar al grado de conciencia de los países nórdicos. Igual allí les suprimen un Ministerio de Igualdad y la reacción hubiera sido más intensa.
Conclusión 3: Hemos perdido un Ministerio pero no las políticas de igualdad. Cierto, pero hemos perdido un símbolo de visibilización que también era importante. Quizás hubiera sido más estratégico ir paso a paso y en lugar de crear el Ministerio en época de crisis se podría haber creado una Secretaría de Estado dependiente de Presidencia para garantizar la transversalidad o algo así, y dejar el Ministerio para cuando realmente hubiera una demanda social importante (y no sólo la nuestra). Tal vez hubiera sido más estratégico dejarlo y que se lo cargara Rajoy, pero bueno, lo cierto es que ya no hay «tal vez…», la realidad es que estamos sin Ministerio y con una Secretaría de Estado.
Conclusión 4: Si la excusa de la supresión es la crisis, ¿qué diablos hace el Ministerio de Cultura separado de Educación, por ejemplo? Ya puestos a defenestrar mujeres con la excusa de fusionar ministerios, Ángeles Glez.-Sinde podía volver a dirigir películas, que lo hace muy bien, y nos ahorrábamos unos miles de euros más.
Conclusión 5: Se ha ido «MariTere», sniffff, sniffff La mujer más válida de toda la historia de la reciente democracia se nos va al Consejo de Estado, después de hacer historia y de ofrecernos un modelo de feminismo en el poder. Mª Teresa Fdez. de la Vega seguirá siendo un referente de empoderamiento y de buenhacer aunque ya no desde un puesto tan visible.
Y bueno, menos mal que se han quedado Trinidad Jiménez y Carme Chacón porque si no, este trauma no me lo quita nadie.
Ahora sólo nos queda darle una oportunidad a Leire. A ver qué tal nos va.