Las elecciones del 20N no son unas elecciones cualquiera, en las elecciones del próximo domingo nos jugamos mucho. Nos jugamos el enfoque del modelo político-económico que ha de regir en nuestro país en los próximos años, nos jugamos la forma en la que saldremos de la crisis (ahogando los derechos de ciudadanía o apostando por un cambio de modelo productivo), pero nos jugamos mucho más que la creación de 5 millones de puestos de trabajo (algo que no va a hacer ningún partido político de la noche a la mañana), nos jugamos nuestros principios éticos y jurídicos: nos jugamos la igualdad. Y las mujeres nos jugamos más que nadie:
– Nos jugamos el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y sobre nuestros derechos sexuales y reproductivos.
– Nos jugamos las leyes que han venido a dar garantías jurídicas a nuestros derechos: la Ley de Igualdad, la Ley integral contra la violencia de género.
– Nos jugamos la atención a la dependencia (recordemos que la mayoría de cuidadoras de personas dependientes son mujeres).
– Nos jugamos los Servicios Sociales, la Sanidad, la Educación,… PÚBLICAS!
– Nos jugamos que las personas homosexuales puedan contraer MATRIMONIO si así lo desean.
– Nos jugamos servicios públicos para favorecer la conciliación de la vida personal, familiar y laboral. Nos jugamos verdaderas políticas que fomenten la corresponsabilidad,…
Y como nuestros derechos, MIS DERECHOS, no son un juego, mi voto estará con quien creo que mejor puede garantizarlos, mi voto será útil y apoyará a RUBALCABA. Quizás en otra coyuntura me hubiera planteado apoyar otras iniciativas progresistas más minoritarias, pero no ahora. Cuando me levante el 21 de noviembre quiero sentirme segura; segura de que los derechos que a las mujeres nos ha costado tanto conquistar no serán barridos de un plumazo (plumazo del ala de una gaviota). Dicen que el PP da seguridad a los mercados, yo quiero una alternativa política que dé seguridad a las PERSONAS.
Sé que hay mucha gente desencantada con la política, indignada con el Gobierno (que no es culpable de la crisis, por cierto), pero si queremos evitar indignarnos aún más cuando comiencen a derribar el Estado de Bienestar, el 20N tenemos la oportunidad de hacer algo. Y el voto nulo o en blanco no logrará cambiar las cosas. Una mayoría absoluta del PP sería lo peor que le podría pasar a este país en mucho tiempo (aunque en la TDT-party se empeñen en afirmar lo contrario).
Yo el 20N voy a votar, confío en que las personas progresistas de este país (que somos mayoría) hagan lo mismo.