A las puertas del fin de un año y el comienzo de otro, toca hacer balance y reflexiones sobre este 2022. Quienes siguen mis post habrán podido comprobar el halo de pesimismo que los envuelve (que no es otra cosa que realismo bien informado) y lo críticos que son con el sistema (patriarcal, capitalista, neoliberal,…) pero esta vez quiero poner en valor la labor anónima y silenciosa de centenares de mujeres, principalmente, que son las sostienen el sistema y el mundo, y que sin ellas, esto ya se hubiera ido al traste hace mucho. Así que, en este final de año, quiero agradecer:
- A las que, frente a la burocracia que nos ahoga, se esfuerzan por garantizar los derechos de la ciudadanía sorteando obstáculos y mil dificultades.
- A las madres que, pese a la falta de apoyos, salen adelante solas con sus criaturas porque los padres ausentes ni están ni se les espera. Especialmente a aquellas que cuidan a peques con diferentes discapacidades porque nadie sabe lo que implican esos cuidados hasta que no se viven.
- A las que nos cuidan vitalmente, con buenos tratos, desde diferentes sistemas: sanitario, educativo, de servicios sociales,…
- A las activistas que han puesto su cuerpo por los derechos de otras personas y del planeta. Este año hemos perdido a grandes mujeres, pero su legado perdura.
- A las supervivientes de violencias machistas porque con su coraje y valentía nos demuestran que es posible y satisfactorio vivir una vida libre de violencia, aunque el sistema no garantice como debiera su protección y apoyo.
- A las que se esfuerzan por estudiar y progresar, aunque lo tengan todo en contra (un recuerdo especial para las niñas y los niños de la Cañada Real y de todos los países en conflicto).
- A las artistas, deportistas, científicas, escritoras,… que tienen que demostrar doblemente su valía mientras la de ellos la presuponen “de fábrica”. (Ayer, 24 de diciembre, escuchaba en la radio que en los últimos años el Museo del Prado había invertido 60.000 euros en obras de mujeres frente a 20 millones de euros en obras de hombres, solo ese dato, hay más…)
- A las mujeres que viven guerras y violaciones constantes de sus derechos, pero como son de otros contextos, y son mujeres, no importan a nadie (salvo a las feministas, que no olvidamos). Especial mención a las afganas e iraníes sometidas a opresiones salvajes propias del medievo y no del siglo XXI.
- A quienes han sufrido pérdidas durante este año, para que el proceso de duelo sea lo más leve posible y llegue pronto la aceptación serena y el recuerdo afectivo.
- Y a las mujeres de mi vida, que me cuidan, me quieren y me abren sus puertas cuando lo necesito…
Para que 2023 nos traiga el fin de los privilegios patriarcales y las violencias machistas, justicia social, servicios públicos (sanidad, servicios sociales, educación, empleo, vivienda,…) bien dotados y reconocidos, cuidados a quienes nos cuidan y al planeta,… Por un nuevo año con igualdad, respeto y buenos tratos.
Y de regalo, la última canción de mi ídola, Sés.