Un mes de julio negro. Así titulan algunos medios de comunicación a la sucesión de víctimas mortales por violencia de género que hemos tenido este mes en nuestro archipiélago. Tres en la última semana. La semana de la euforia futbolística, que es lo que mueve a este país. Que sus conciudadanas estén siendo violentadas y masacradas por el hecho de ser mujeres no despierta tanta «pasión». Y no es que no me alegre de que la selección española haya ganado el mundial, que me alegra y mucho, lo que me entristece es que situaciones más graves no causen el mismo revuelo. Es más, se banaliza, se cuestiona y vilipendia a quienes nos tomamos en serio la violencia de género.
Tenemos unas políticas penosas en Canarias, y especialmente en nuestra isla, para prevenir y erradicar la violencia de género. Un Organismo de Igualdad, que, pese a la buena voluntad y coraje de su Directora, que al menos se lo cree, se enfrenta a su propio Gobierno al que las políticas de igualdad le resbalan y con la «crisis» tienen la excusa perfecta para recortar.
Mientras los poderes públicos no transmitan a las mujeres seguridad y confianza en las instituciones garantes de sus derechos, seguirán con miedo: miedo a sus verdugos, miedo a denunciar, miedo a no contar con el apoyo que necesitan, miedo a no ser creídas,… Porque uno de los últimos mitos generados en torno a la violencia machista es que las mujeres mienten, denuncian falsamente a los pobrecitos hombres, esos tan buenos, que después de asesinar a la mujer se tiran por la ventana y ni siquiera se rompen la cabeza (esos que los medios de comunicación ponen en primer lugar frente a la verdadera víctima: «un hombre intenta suicidarse tras matar a su pareja…», «se tira por la ventana tras matar a…» ¿a quién se le presta más atención en una frase, al sujeto o al «complemento»?Qué triste! hasta después de muertas seguimos en un plano secundario). Bueno, pues a lo que iba, los neomachistas tienen nuevos mitos que están difundiéndose en la sociedad mucho más que unos buenos contra-argumentos feministas, pero bueno, debe ser que el verano les ha agotado las neuronas a las feministas «con pedigree».
También estamos bastante paralizadas frente a las reivindicaciones por el cierre de recursos sobre violencia de género en la isla, al empeoramiento de las condicionales laborales de las trabajadoras de la red de atención a víctimas de violencia de género o a la ausencia de programas preventivos continuados y de calidad. Así que para que no se diga, voy a dejar de contar esto en mi blog y me voy a poner en serio a contarlo para más gente que la que me lee por estos lares.
Lo próximo que escriba será sobre algo más alegre: la Bajada de Virgen de La Palma de la que acabo de llegar.