Reflexionando…

Mañana 24 de mayo se augura un día histórico para la democracia; nuevos partidos emergentes concurren a las urnas prometiendo un cambio necesario y urgente. La izquierda, más fragmentada que nunca, y la derecha, tocada y ¿hundida? por una corrupción incesante que hace sentir vergüenza ajena acerca de la gestión de lo público en nuestro país.

Por primera vez en unas elecciones, el día de reflexión me está sirviendo seriamente para reflexionar, por primera vez he tenido serias dudas sobre la orientación de mi voto y a menos de 24 horas para el día “D” creo que lo voy teniendo claro. Estas elecciones son diferentes por varios motivos. Es la primera vez que, al menos en mi municipio, concurren al menos cuatro mujeres como cabeza de lista a un Ayuntamiento, y eso está bien, se necesitan más mujeres empoderadas en política, y si son mujeres feministas, mejor. Por primera vez también, decenas de personas que conozco personalmente concurren en listas, la ciudadanía se abre paso ante la “política profesional”, ya no son lxs de siempre; rostros nuevos con ganas e ilusión han dado un paso necesario para cambiar las cosas. Esperemos que sea posible. Pero lo verdaderamente emocionante del día de mañana, será la noche electoral y los días posteriores. De los resultados del 24M va a depender el mantenimiento y la ampliación de derechos y del estado de bienestar o el continuismo de unas políticas neoliberales que han destrozado en cuatro años lo que ha costado décadas construir. Confío en el cambio, confío en la desaparición de mayorías absolutas, confío en el ascenso de fuerzas progresistas pero dudo de los pactos. Creo que garantizar la gobernabilidad de muchos Ayuntamientos, Cabildos, Diputaciones y Comunidades Autónomas va a depender del entendimiento de distintas fuerzas políticas y espero que ahí se demuestre la altura moral de quienes dicen apostar por un cambio. La gran incógnita de estas elecciones va a ser si realmente vamos a lograr en este país alianzas estables entre formaciones de izquierdas o va a prevalecer el protagonismo y los intereses personales, en lugar de los intereses del pueblo a quien prometen servir.

Creo en la democracia, creo que nuestras predecesoras sufragistas se lo curraron mucho para desperdiciar ahora la oportunidad que se nos brinda para cambiar nuestro futuro, así que mañana, votad, votad malditxs! Pero votad con cerebro y corazón, votad masivamente para que la mayoría progresista de este país esté representada en las instituciones en las que se deciden nuestros recursos, nuestros derechos.

Pero este día de reflexión también ha dado otras noticias. Noticias que tienen que ver con la prevalencia de una justicia patriarcal que asigna custodias de menores a padres maltratadores, noticias como el suicidio de una adolescente con discapacidad víctima de acoso escolar (cuántos retos nos quedan en el sistema educativo y en las familias para construir una convivencia respetuosa e igualitaria), noticias sobre los avances en derechos LGBTI con la aprobación en Irlanda del matrimonio igualitario o una que no tiene nada que ver con lo comentado hasta ahora y que, pese a ser atea, me alegra el día: el Vaticano beatifica a Óscar Arnulfo Romero. Tras ser desestimado por los predecesores Papas ultraconservadores por ser poco menos que “diabólico” por defender los derechos de la población más explotada y empobrecida de El Salvador, su beatificación dentro de la iglesia permite reconocer que la defensa de los derechos humanos es un acto digno de ser venerado. Eso sí, no sé cómo van a compartir el cielo de la santidad personajes tan dispares como Óscar Romero o Escrivá de Balaguer. En fin, por algo soy atea.

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