Se acaban las vacaciones, al menos para mí. Ha sido un verano movidito en cuanto a sobresaltos económicos, visitas papales y agresiones policiales (me ha salido una rima sin querer) y productividad literaria (en mi caso, que no me he ido a ver al Ratzinger (sólo me faltaba eso!!!) ni tengo nada que ver con «la prima de riesgo»). Además de escribir, me he dedicado a leer, y en eso sí que me ha cundido el verano. Entre viaje y viaje al Hospital (que también he tenido un verano «medicalizado») y viaje y viaje a la piscina y a la playa (porque irme a Barcelona de congreso no lo considero «vacaciones»), he «devorado» unos cuantos libros, así que allá van algunas recomendaciones:
– Comencé en julio por un libro, «archisugerido» por varias compañeras desde hace tiempo, que no me había animado a leer, La soledad de los números primos de Paolo Giordano y la verdad es que me sorprendió gratamente. No suelo leer «fenómenos editoriales» y «éxitos de venta» porque siempre acaban decepcionándome, pero en este caso, me ha gustado.
– Continuamos con la novela negra nórdica, a la que me he aficionado muchísimo últimamente. Dos han sido las «víctimas» de este verano: Las alas del dinosaurio de Sissel-Jo Gazan (muy recomendable) y Hablaré cuando esté muerto de Anna Jansson, un poco flojillo para mi gusto, pero bueno, se puede leer. (Aunque no los he leído este verano, me ha gustado mucho toda la saga de Camilla Läckberg).
– Entre novela y novela, intercalamos algún ensayo sobre coeducación (trabajo «obliga») y releímos muuuucho y leímos, por primera vez, La coeducación en la escuela del siglo XXI de Pandora Mirabilia (Coop.), y bastante completo en lo que a coeducación se refiere.
– Para no saturarnos con el trabajo, volvemos a la literatura y a un gran descubrimiento: la vida de Leonora Carrington de la mano de Elena Poniatowska. Su novela Leonora sobre la vida de la genial pintora surrealista es absolutamente deliciosa y recomendable. Y de la mano de otra gran mujer, a la que admiro profundamente, podemos descubrir la vida de Alfonsina Storni. La novela Una gasa delante de mis ojos de Elsa López realiza un brillante recorrido por la vida de la inigualable poeta y escritora argentina.
– Y finalizamos el verano con poemas, para aportar el tinte romántico y melancólico a la vuelta al trabajo. Sólo de amor, una antología poética de Elsa López están cerrando (aún no lo he concluido) el final del verano, que ha cundido, literariamente hablando.
Y es que no hay nada mejor que irse a la playa (o piscina) con un libro. Desentumece las neuronas, que no viene mal de vez en cuando (especialmente a quien no tiene costumbre de leer). Así que ya lo saben, en lugar de irse de botellón, pongan un libro en sus vidas (bueno, y luego si quieren, pueden irse de botellón, que no estoy yo pa’ prohibiciones).