Últimamente he escuchado en varias ocasiones, en el contexto educativo, la expresión: no importa si no aprende, lo importante es que sea feliz. Y me pregunto si es incompatible aprender y ser feliz. ¿En qué momento dejamos de intentar que el aprendizaje sea una experiencia placentera? Creo que es un deber docente enseñar de forma amena, motivadora y transmitir la importancia que tiene la adquisición de conocimientos para nuestro desarrollo personal. Es cierto que hay contenidos tediosos y que no nos van a resultar funcionales a lo largo de nuestra vida, pero como dice aquella proverbial frase, que me transmitieron en mi familia, el saber no ocupa lugar. Sigue leyendo «Lo importante es que sea feliz»