Escribo este post en semana santa y me retrotrae a recuerdos de la infancia, donde había que estrenar ropa, recatada eso sí, para ir a las procesiones. Nada de transparencias ni ostentaciones. Con el paso del tiempo, esta semana vacacional dio paso a mayor ornamento en el vestuario y, por qué no, alguna transparencia para mitigar el calor que podía hacer entre las aglomeraciones de personas procesionando. Lo que más me gustaba de estos eventos era el olor a incienso… pero no nos desviemos. Sigue leyendo Transparencias