En medio de los encendidos debates que se están produciendo en nuestro país ante la tramitación de una Proposición de ley contra la discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género y características sexuales, y de igualdad social de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales, desde el Trabajo Social, crítico y feminista, debemos hacer una reflexión pausada y respetuosa, que fomente el diálogo y que nos interpele sobre nuestro posicionamiento profesional. Creo que ciertos debates confunden y no nos hacen avanzar, esto no se trata de un “estás conmigo o contra mí”, hay un sustrato más profundo, está en cuestión el sujeto político del feminismo, las mujeres, y creo que eso es incuestionable. Sin embargo, también considero que se trata de identificar lo que nos une y no lo que nos separa. A las mujeres, a todas, nos une sufrir la opresión y subordinación patriarcal, algunos de cuyos elementos también compartimos con otros colectivos oprimidos; siempre he creído que el diálogo y las alianzas son necesarias para luchar contra estructuras de opresión, porque como vamos a abordar aquí, esto no va de posicionamientos individuales, de necesidades y deseos personales, esto va de luchas colectivas y de transformar estructuralmente un sistema desigual e injusto. Lo ideal sería poder aunar lo individual y lo colectivo, pero siempre en aras del bien común. El ejemplo perfecto de egoísmo individualista lo tenemos en esta pandemia del COVID-19 en el que frente al deseo individual de mantener privilegios (no usar mascarilla, salir con quien me da la gana,…) se está poniendo en riesgo la salud pública. Desde el feminismo sabemos bien que las luchas colectivas son las que nos han traído los derechos, las libertades, las oportunidades,… de las que hoy, algunas, disfrutamos. No las podemos poner en cuestión ni en riesgo y tenemos que seguir avanzando para que todas, pero TODAS, las disfruten. Sigue leyendo Trabajo Social feminista en tiempos de transactivismo