Una semana después de la resaca electoral de las elecciones andaluzas y después de haber leído infinidad de reflexiones y debatido con personas de mi entorno cercano, voy a apuntar algunas propias. No voy a hacer un análisis pormenorizado de las causas del auge del neofascismo porque se pueden leer otros más brillantes y sesudos aquí o aquí pero sí voy a apuntar algunos elementos a considerar para trabajar sobre ellos y modificarlos. Al descontento social con la clase política (corrupción, luchas internas, escasas respuestas eficaces a las necesidades de la gente), a las políticas neoliberales y austericidas que han propiciado mayor exclusión social y precariado, a los discursos del odio (antifeministas, racistas, lgbtfóbicos,…) hay que sumar un factor importante: el caldo de cultivo que se ha ido generando en los últimos años con el atontamiento de buena parte de la población (joven especialmente) con tele-basura, redes sociales, conciencia acrítica,… Nada mejor para tener una población a merced de propuestas populistas de extrema derecha como darle de comer la programación de Tele5-Cuatro y de postre unas canciones regueatoneras y una dosis de ego de instagramers o youtubers; cuando las preocupaciones de la juventud se centran en quiénes serán las nuevas citas de First Day o los tronistas de Mujeres, hombres y viceversa y el nivel de conocimientos sobre situaciones sociales se sitúa por debajo de infantil de 3, (y como ejemplo, recomiendo no perderse estos vídeos pinchando aquí o aquí o en este otro), los programas políticos plagados de mentiras o discursos salvadores llegan en el momento propicio, y llegan para quedarse como no hagamos algo urgente. Sigue leyendo Táctica y estrategia política o cómo no alimentar al monstruo